La relación comercial y diplomática entre España y Argelia continúa en una fase compleja, marcada por el bloqueo de productos españoles en suelo argelino y un esfuerzo diplomático que aún no ha rendido frutos. Pese a las declaraciones públicas de amistad por parte del Gobierno español, y a la llegada de un nuevo embajador argelino a Madrid a principios de año, la situación permanece tensa y sin una reactivación plena en el comercio bilateral.
El bloqueo se mantiene desde que en 2022 España cambió su postura sobre el Sáhara Occidental, lo que generó fricciones y culminó en la suspensión del Tratado de Amistad con Argelia. En los meses recientes, correos de la Oficina Económica y Comercial de la embajada española en Argel han seguido alertando a las empresas nacionales de los riesgos de comerciar con Argelia. Dichos mensajes, a los que ha tenido acceso el diario El Mundo, confirman que, salvo contadas excepciones, el veto persiste y afecta a cualquier producto con indicios de origen español, como etiquetas, marcas visibles, o una procedencia de puertos españoles. Incluso, mercancías exportadas por filiales de empresas españolas ubicadas en otros países enfrentan paralización en las aduanas argelinas.
Las cifras y el impacto de esta situación son notables. Una empresa textil española, que prefirió mantenerse en el anonimato, informó a este medio que ha perdido un contrato anual de dos millones de euros debido a la interrupción de sus negocios con un importante cliente en Argelia, con quien llevaba tiempo trabajando. Esta pérdida representa aproximadamente el 10% de sus ingresos anuales. La misma fuente relató la dificultad de explicar a sus socios extranjeros que esta ruptura se debe a cuestiones diplomáticas entre ambos países.
En el ámbito diplomático, algunos avances han permitido a la embajada española recuperar cierto acceso a actos institucionales en Argelia, de los que había sido excluida desde el inicio de la crisis. Además, fuentes del Ministerio de Exteriores han asegurado que se trabaja en colaboración con la Comisión Europea para retomar las negociaciones comerciales, mientras el embajador argelino en España desarrolla sus funciones «con total normalidad». Se ha restablecido también la conectividad aérea y marítima entre ambas naciones, aunque la situación está lejos de una solución definitiva.
Pese a estos pequeños progresos, la realidad comercial sigue compleja. En enero, después de la llegada del nuevo embajador argelino Abdelfetah Daghmoum tras 19 meses de vacío en la plaza diplomática, las expectativas de normalización se intensificaron. No obstante, diez días después de este nombramiento, el presidente Pedro Sánchez, en la Conferencia de Embajadores, destacaba los «estrechos lazos» y la «amistad» entre los dos países, aunque el deseado restablecimiento comercial no ha tenido el impacto esperado en la política económica argelina hacia productos españoles.