El Congreso de los Diputados ha dado luz verde a la reforma fiscal propuesta por el Gobierno, una de las iniciativas clave de la legislatura. La aprobación se consiguió este jueves con una ajustada mayoría: 178 votos a favor y 171 en contra, en un clima marcado por tensiones dentro de la coalición y con los aliados parlamentarios. Ahora, el texto deberá pasar al Senado para completar su tramitación.
El desenlace fue incierto hasta el último momento. Unidas Podemos, que había amenazado con rechazar la propuesta, dio su apoyo final tras lograr un acuerdo con el PSOE. Este pacto incluyó el compromiso del Ejecutivo de regular un impuesto específico para las grandes empresas energéticas, que será desarrollado mediante un decreto ley independiente. El apoyo de la formación morada fue decisivo para desbloquear la votación y salvar una reforma que estuvo al borde del fracaso.
La medida más destacada de esta reforma es la incorporación de la directiva europea que establece un tipo mínimo del 15% en el impuesto de sociedades para las multinacionales, una normativa que España debía transponer antes del 1 de enero de 2024. Esta regulación busca garantizar una competencia fiscal justa en el marco de la Unión Europea.
Además, la reforma incluye una serie de nuevos impuestos y modificaciones tributarias diseñadas para recaudar cerca de 8.000 millones de euros:
- Gravamen a la banca: Se mantiene el impuesto extraordinario sobre las entidades financieras, con el objetivo de que contribuyan a mitigar los efectos económicos de la crisis.
- Fiscalidad del tabaco y vapeadores: Se incrementa la carga fiscal sobre las labores del tabaco y se establece un nuevo impuesto para los cigarrillos electrónicos.
- Subida del IRPF al ahorro para grandes patrimonios: Se aumenta al 30 % el tipo aplicable a los rendimientos del capital superiores a 300.000 euros.
Esta reforma representa un paso importante para el Gobierno en su agenda fiscal, pero también refleja las tensiones internas de la coalición y las negociaciones necesarias para mantener el apoyo parlamentario. La inclusión del impuesto a las energéticas, exigido por Unidas Podemos, fue una de las condiciones clave para alcanzar el consenso.
Con este avance, el Ejecutivo no solo cumple con las exigencias europeas, sino que también busca reforzar la recaudación fiscal en un contexto económico complicado. El Senado será ahora el escenario donde se debatirá el futuro de esta controvertida reforma.