El Consejo de Ministros ha dado luz verde a la entrada de la empresa BlackRock en el accionario de la energética Naturgy. La empresa estadounidense, dirigida por Larry Fink, ha sido propietaria del 20,6% de Naturgy desde 2016, donde además tiene dos puestos en el consejo, y en enero compró la gestora de fondos GIP, que posee el 20%, por 11.400 millones de euros.
De esta manera, esta operación convierte a BlackRock en el mayor propietario de energéticas en España, con presencia ya en Iberdrola, Enagás, Redeia, Solaria y Repsol. Además, la empresa estadounidense tiene negocios compartidos con Naturgy que gestiona el estratégico gasoducto Medgaz, en concreto, el 49% de sus acciones.
El Ministerio de Economía apunta que «esta adquisición mantiene las garantías sobre empresas que son estratégicas, como Naturgy». Así, defienden que «siempre hemos mantenido que nuestra regulación guarda un equilibrio que permite realizar este tipo de operaciones, atrayendo con ello inversiones y salvaguardando los intereses estratégicos de nuestro país».
No obstante, el gobierno establece una serie de compromisos y obligaciones. En primer lugar, establece la obligación de «apoyar la inversión de la sociedad en proyectos vinculados a la transición energética en España que contribuyan a generar valor a largo plazo». Asimismo, les obliga a «no apoyar ninguna propuesta de desinversión que se presente al consejo o a la junta que implique que se pierda el control de filiales (…) y poner en riesgo el buen funcionamiento de las actividades de transporte y distribución de energía y gas natural».
La tercera condición que pone el Gobierno es «apoyar el mantenimiento del domicilio social y de la sede efectiva de gestión y dirección de los negocios en España». También, obligan a BlackRock a «apoyar una política de dividendos prudente que permita acometer la política de inversión vinculada a la transición energética».