El Consejo de Ministros ha aprobado el anteproyecto de la ley de prevención del consumo de alcohol, con el objetivo de retrasar la edad de inicio en el consumo de bebidas alcohólicas por parte de los menores y protegerles de sus consecuencias. Según la ministra de Sanidad, Mónica García, «no existe cantidad de consumo de alcohol que no tenga riesgo; no hay una dosis segura de alcohol, y mucho menos para los menores».
No obstante, la ley impone restricciones significativas a las empresas que comercializan bebidas alcohólicas o productos que imitan estas bebidas. La normativa prohíbe cualquier forma de publicidad directa o indirecta, incluyendo el uso del nombre comercial o la denominación social de las empresas productoras.
Además, la ley prohíbe el uso en la publicidad o comunicaciones comerciales de imágenes o voces de personas menores de 21 años, personas mayores de edad caracterizadas o disfrazadas de menores, figuras públicas o personajes asociados con el público juvenil, mujeres embarazadas, incluso con consentimiento, y la imagen de fetos. En cuanto al lenguaje, no se permitirá utilizar argumentos, estilos, tipografías o diseños vinculados con la cultura juvenil, ni asociar las bebidas alcohólicas con la mejora del rendimiento físico, el éxito social o sexual.
Finalmente, se prohíbe el uso de términos ambiguos como ‘consumo responsable’ o ‘moderado’ que puedan confundir a los menores, y se restringe la colocación de publicidad en la vía pública o en lugares visibles desde ella.
Espirituosos España pide que no «criminalice» a otros consumidores
Espirituosos España ha solicitado que la normativa no enfoque su atención exclusivamente en el producto, evitando así «criminalizar» a los consumidores. En lugar de ello, piden que se centre en el consumo indebido de alcohol por parte de los menores, abordando el problema desde una perspectiva más comprensiva. Según la organización, la solución a este complejo fenómeno no debería buscarse únicamente a través de medidas represivas de la ley.