La Cumbre del Clima de Bakú ha acordado que los países desarrollados, entre ellos España, deberán destinar anualmente 290.000 millones de euros hasta 2035 para los países en desarrollo, sustituyendo el compromiso anterior evaluado en 100.000 millones. De esta manera, la imposición de la COP 29 tiene como objetivo mejorar la protección del clima y adaptarse a los efectos del calentamiento global.
Sin embargo, destaca que sólo países como Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, Suiza, Australia y Japón serán los encargados de asumir los mayores esfuerzos financieros. En contraste, China no está obligada a financiar a los países en desarrollo, a pesar de estar lanzando 18 nuevas centrales térmicas mientras la Cumbre busca promover el fin de la energía más contaminante.
En este sentido, el acuerdo de financiación climática excluye a grandes economías como China, Corea del Sur y los países del Golfo (Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Catar y Kuwait), aunque se les anima a contribuir. Estos países podrán hacerlo a través de ayudas públicas, fuentes privadas y créditos, y también podrán contar los fondos de los bancos multilaterales de desarrollo para alcanzar la meta de los 300.000 millones de dólares anuales.
Creación de un mercado global de carbono
En la Cumbre del Clima de Bakú se ha aprobado también la creación de un mercado global de carbono bajo las normas de la ONU, así como el comercio bilateral de emisiones entre países. Esta medida, que ha sido la menos controversial durante las negociaciones de la COP29, aún requiere definir algunos detalles técnicos que se abordarán en 2025.
Esta iniciativa ha sido bien recibida tanto por naciones en desarrollo que buscan financiamiento como por países ricos que necesitan cumplir con sus objetivos de reducción de emisiones. Asimismo, se estima que el mercado de carbono podría tener un valor de 250.000 millones de dólares anuales para 2030.
El jefe de clima de la ONU, Simon Stiell, destaca que este sistema no es sólo burocracia, sino una herramienta que ayudará a los países a implementar sus planes climáticos de forma más eficiente y económica. No obstante, a pesar de los avances, ha señalado que aún queda un largo camino para reducir las emisiones a la mitad en esta década.