«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
la petrolera ha anunciado el traslado de una inversión energética a Portugal

Estos son los proyectos que Repsol ha paralizado en España por el nuevo impuesto del Gobierno

gasolinera de Repsol. Europa Press

Repsol ha decidido trasladar fuera de España varios de sus proyectos inicialmente previstos para el país, debido al entorno fiscal y regulatorio que considera adverso. La petrolera alega que el nuevo impuesto al sector energético, calificado por ellos como «arbitrario», afecta sus intereses y los de sus accionistas, lo que ha llevado a la compañía a buscar otras ubicaciones para sus inversiones. Este impuesto, que el Gobierno introdujo temporalmente para gravar los denominados «beneficios caídos del cielo» de las energéticas durante el alza de los precios de hidrocarburos, se encuentra actualmente en proceso de hacerse permanente, algo que ha endurecido la postura de Repsol y otras empresas afectadas.

Repsol sostiene que cuando el sector energético atravesaba dificultades, la administración no mostró apoyo alguno, según declaraciones de representantes de la compañía a Libre Mercado. Frente a esta situación, la petrolera ha decidido paralizar múltiples proyectos dentro del país y, en su primer gran movimiento, ha anunciado el traslado de una inversión energética a Portugal.

Entre los proyectos suspendidos destacan iniciativas para instalar grandes electrolizadores en varias zonas industriales de España. En el País Vasco y en Cartagena, por ejemplo, Repsol tenía planes para desarrollar electrolizadores de 100 MW cada uno, con capacidad de generar hasta 15.000 toneladas de hidrógeno verde al año. Otro proyecto en Tarragona preveía una producción de hasta 23.000 toneladas anuales de hidrógeno renovable, lo cual podría evitar la emisión de aproximadamente 500.000 toneladas de CO2 anuales, según sus estimaciones.

La implementación de estos grandes electrolizadores estaba diseñada para dinamizar las economías locales, promoviendo la creación de empleo, tanto directo como indirecto, con un impacto estimado de hasta 13.000 puestos en total y 1.180 durante la fase operativa, de acuerdo con cifras de la empresa. Además de impulsar la economía, estos proyectos pretendían ser el núcleo de iniciativas clave en hidrógeno verde, como el Corredor Vasco del Hidrógeno, el Valle del Hidrógeno de Cataluña y otros corredores industriales en regiones como Murcia y el Ebro.

Otro de los proyectos destacados de Repsol es la Ecoplanta, una colaboración con Enerkem. Esta planta sería la primera en la Península Ibérica dedicada a convertir residuos sólidos urbanos en metanol sintético, útil para la fabricación de productos químicos. Inicialmente diseñada para construirse en El Morell, Tarragona, la planta estaba planeada para procesar 400.000 toneladas de desechos urbanos no reciclables, generando hasta 220.000 toneladas de metanol al año. Esto permitiría reducir la dependencia de materias primas vírgenes, utilizando en cambio residuos generados por el equivalente a 800.000 personas.

La inversión de la Ecoplanta se estima en 800 millones de euros, con un potencial de creación de 7.000 empleos en su fase de construcción y 340 puestos de trabajo permanentes, muchos de ellos altamente cualificados, una vez que la planta entre en operación. El impacto de estos proyectos, tanto en el campo de la energía limpia como en el aprovechamiento de residuos, subraya la intención de Repsol de desarrollar un ecosistema de hidrógeno verde y otras alternativas sostenibles en España, si bien su futuro está ahora en el aire ante el cambio en la política fiscal del sector energético.

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