La creación de empresas en España no avanza. El número de empresas activas en nuestro tan sólo creció un 1,5% respecto a 2019, último año prepandemia. Unas cifras ínfimas frente al incremento del 9,8% de media e los países de la Unión Europea, lo que supone algo menos de una séptima parte.
Además, la pasada semana, el Banco de España publicó su informe anual relativo a 2023. En él, detecta una caída de la confianza y la calidad institucional desde la crisis financiera. Esto afecta de forma negativa al tamaño empresarial y a la productividad de la economía española, también a la eficacia del sistema judicial. El organismo también recoge esta comparativa comparativa con Europa en su Informe. Si bien es cierto que España recuperó el número de empresas previo a la pandemia, con 3,20 millones en 2022 (frente a las 3,15 millones de 2019), el crecimiento es muy inferior al de la UE.
De acuerdo al documento, las perspectivas de crecimiento de la economía española se mantienen relativamente favorables a lo largo del período 2024-2026. A finales de 2023 el PIB se situó en torno a un 3% por encima del registrado a finales de 2019. Sin embargo, el Banco de España considera necesario impulsar la eficacia y la eficiencia de las Administraciones Públicas españolas. Ello que contribuiría a elevar la productividad y ejercería un efecto arrastre positivo sobre las decisiones de gasto, inversión e innovación de las empresas españolas.
En este contexto, el programa Next Generation y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia suponen, según el organismo, una oportunidad para incrementar la capacidad de crecimiento de la economía española. No obstante, desde el Banco de España insisten en que resulta fundamental una selección rigurosa de los proyectos de inversión que se financiarán con cargo al programa.
