La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha afirmado que la inflación está disminuyendo y que los recientes recortes de tasas están comenzando a tener efecto, particularmente en medio de fricciones comerciales y tensiones geopolíticas. Asimismo, Lagarde también ha destacado la urgencia de avanzar hacia el euro digital, argumentando que un sistema de pagos regional fortalecería una resiliencia financiera.
A pesar de los avances, reafirmó el enfoque cauteloso del BCE: «No nos estamos comprometiendo de antemano con ninguna trayectoria de tasas en particular», dijo, advirtiendo que las perturbaciones del comercio mundial aún podrían alterar la trayectoria de la inflación. Los comentarios de Lagarde se producen después de que el BCE redujera las tasas de interés en 125 puntos básicos a partir de junio de 2024, llevando la tasa de facilidad de depósito al 2,75%.
No obstante, más allá de la política monetaria, Lagarde subrayó la importancia de fortalecer la independencia financiera de Europa, en particular en materia de pagos digitales. Señaló que Europa sigue dependiendo excesivamente de proveedores extranjeros, lo que deja a la región vulnerable a los cambios económicos y geopolíticos externos. «Los pagos son la columna vertebral de nuestra economía y Europa no puede permitirse el lujo de depender excesivamente de proveedores externos», afirmó.
Lagarde también pidió que se avance en la integración del mercado de capitales, argumentando que la eliminación de las barreras financieras podría desbloquear la inversión, impulsar el progreso tecnológico y apoyar el crecimiento económico. «Con el marco adecuado, Europa puede movilizar su enorme reserva de ahorros para financiar su propia innovación y progreso tecnológico», afirmó.
