La actualización de las pensiones conforme al IPC no ha logrado proteger el poder adquisitivo de los pensionistas. La revisión tardía de sus pagos, que refleja los aumentos de la inflación solo después de que ocurren, y la falta de ajuste de los mínimos y umbrales del Impuesto sobre la Renta según el IPC, han generado una carga fiscal adicional debido a la progresividad en frío.
Desde el inicio del actual episodio inflacionista en 2021, esto ha representado un costo oculto para los pensionistas de aproximadamente 1.270 euros para aquellos con una pensión media del sistema. Una estimación indica que los pensionistas han experimentado una disminución en su poder adquisitivo, similar al resto de los ciudadanos españoles, debido a las tasas de inflación descontroladas que no se veían en los últimos cuarenta años.
El informe toma como referencia los salarios de 2018 y estima la pérdida real de poder adquisitivo entre 2021 y 2023. Compara la situación ideal, en la que las rentas se habrían ajustado a la inflación sin la progresividad en frío del IRPF, con la situación real, caracterizada por un ajuste de rentas menor y una mayor carga fiscal debido a la falta de deflactación.
Los más afectados: los funcionarios
Según el informe del ABC, los funcionarios con un ingreso de 18.000 euros en 2018 han perdido 2.157 euros de poder adquisitivo real entre 2021 y 2023. En cambio, para los funcionarios con un ingreso de 26.000 euros, similar al salario medio del colectivo, la pérdida asciende a 3.582 euros.
Las subidas salariales del 3% al 4% acordadas en convenio tampoco han evitado la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, quienes han acumulado pérdidas entre 1.500 y 5.800 euros en estos tres años (entre 500 y 1.900 euros anuales) según su nivel de ingresos. Dos tercios de esta pérdida se deben a la diferencia entre los salarios y la inflación, y un tercio al aumento de la carga fiscal.
