El año 2025 comienza con un incremento notable en las cotizaciones sociales, especialmente para los salarios más altos. La base máxima de cotización ha subido un 4%, situándose en 4.909,5 euros mensuales, y se ha introducido una nueva ‘cuota de solidaridad’, que afectará a los sueldos que superen esta base con tipos de hasta un 1,17%. Además, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), en vigor desde 2023, también incrementa su porcentaje, pasando del 0,7% al 0,8%.
Estas medidas, incluidas en la última reforma de las pensiones, tienen como objetivo principal aumentar los ingresos de la Seguridad Social, que este año espera recaudar 5.799 millones de euros adicionales, un 19% más que en 2024. La mayor parte de este sobrecoste lo asumirán las empresas, que cubrirán el 83% del total, mientras que el 17% restante será responsabilidad de los trabajadores. Por ejemplo, en un salario anual de 70.000 euros, la cotización aumentará en 1.037 euros, de los cuales 867 euros corresponderán a la empresa y 170 euros al empleado.
La ‘cuota de solidaridad’, una de las novedades más destacadas, afectará exclusivamente a los ingresos que superen la base máxima de cotización. Este año oscilará entre el 0,92% y el 1,17%, dependiendo del tramo, y aumentará progresivamente en los próximos años hasta situarse entre el 5,5% y el 7% en 2045. Sin embargo, esta medida no se aplicará a los autónomos, quienes ya cotizan desde 2023 en función de sus ingresos reales.
Por otro lado, el MEI sigue siendo una herramienta clave para fortalecer el Fondo de Reserva de la Seguridad Social. Aunque este año su porcentaje se eleva al 0,8%, está previsto que siga subiendo de forma progresiva hasta alcanzar el 1,2% en 2029. Los ingresos generados por este mecanismo se destinarán a crear un colchón económico que permita afrontar la jubilación masiva de los ‘baby boomers’ en la próxima década.
A pesar del aumento de las cotizaciones, estas no generarán una mejora proporcional en las pensiones futuras. Mientras que la base máxima de cotización se revaloriza con el IPC más un 1,2%, la pensión máxima solo aumenta con el IPC más un 0,115%. Esto significa que los trabajadores que superen la base máxima y sus empleadores contribuirán más al sistema sin recibir un beneficio directo equivalente en sus prestaciones.
El Gobierno confía en que estas medidas sean suficientes para paliar el continuo aumento del gasto en pensiones, una partida que se ha visto reforzada en los últimos años con transferencias y préstamos del Estado. Estas aportaciones suponen ya el 30% de los recursos de la Seguridad Social, lo que ha incrementado significativamente la deuda pública y ha despertado la atención de las autoridades comunitarias.