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EDITORIAL
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11 de marzo de 2021

Casado va desnudo

Mariano Rajoy, Pablo Casado y el actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (Rosa Veiga, Europa Press)

Aceptar una moción de censura y dejar el Gobierno a los enemigos de la preservación del empleo, a los adversarios de la contención en el gasto, a los amigos de los chiringuitos ideológicos pagados con dinero de los contribuyentes —de los autónomos, de los trabajadores, de los sufridos y pequeños empresarios—, es una pésima idea que ya fue puesta en práctica por Mariano Rajoy con los resultados desoladores que hoy padecemos los españoles. En aquel tiempo, hace no demasiado, Rajoy y su cúpula, de la que Pablo Casado era vicesecretario de Comunicación (!), decidieron que dejar España, que luchaba por salir de una crisis económica mundial que fue negada por el zapaterismo rampante, a merced del socialismo de corte sanchista era una buena estrategia electoral.

Ya entonces les dijimos, desde nuestra responsabilidad, que se equivocaban.

Según asegura el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, el Partido Popular conoció hace dos noches la traición inminente de Ciudadanos, sus socios de Gobierno, para arrebatarle junto a los socialistas y vía una moción de censura, el mando en la Región y en la alcaldía de la capital. López Miras consultó con Pablo Casado y con el secretario general de la formación de centro centrado, el murciano Teodoro García Egea, la estrategia a seguir. Y entre el mal para ellos —convocar elecciones con la previsible mejora de VOX— y el mal para Murcia —permitir que el socialismo gobierne junto a los felones de Ciudadanos—, eligieron el mal para los murcianos.

Mantenella la decisión de Casado de convertir a VOX en el enemigo y no enmendalla por el bien de los españoles, es un error clamoroso. Así parece que lo ha entendido —de momento— la presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ante las noticias de la inminente traición de Ciudadanos, optó ayer, imponiendo su criterio sobre el de Casado, por la decisión inteligente de convocar elecciones para que sean los madrileños los que decidan (en una elección con distrito único y en la que no cabe el voto útil) en qué manos quieren estar los próximos dos años. Dos años duros y difíciles de pandemia y ojalá pospandemia, de gobierno de una crisis que ya llena las colas del hambre y de resistencia frente al inmoral socialcomunismo que desgobierna España.

Que el Partido Popular haya optado en Murcia por la solución Rajoy por el temor a VOX mientras en Madrid, dique contra el desastre, Díaz Ayuso se haya negado a seguir esa estrategia suicida de enemistarse con VOX, el único aliado con el que podría contar en la lucha contra el frentepopuismo, dice mucho y muy mal del liderazgo de Pablo Casado.

Una vez más, y perseverando en nuestra obligación periodística de servir de faro en una escollera, recomendamos al actual líder del PP que vuelva a la sensatez, reconozca el error cometido con VOX y que se desprenda de todos aquellos que le susurran que el traje nuevo reformista-moderado-liberal-socialdemócrata del presidente del PP le queda como un guante.

Porque la verdad es que Pablo Casado va desnudo.

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