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Entrevista a Fernando Hamdan, de 'Transparencia Bolivia'
Entrevista a Fernando Hamdan, de 'Transparencia Bolivia'

Fernando Hamdan: ‘El fraude en Bolivia es una repetición del libreto de lo ocurrido en Venezuela en 2002’

15 de abril de 2021

Josep Maria Francás entrevista a Fernando Hamdan, representante del movimiento ciudadano ‘Transparencia Bolivia’ sobre la investigación del fraude de las elecciones en Bolivia en 2020 que dieron la victoria a Luis Arce, testaferro socialista del entonces fugado Evo Morales.

¿Qué es ‘Transparencia Bolivia’?

—Transparencia Bolivia comenzó como un título que nos pusimos, activistas, ciudadanos de a pie que por iniciativa propia vimos irregularidades en las Elecciones Generales de 2020 y que paso a paso se convirtió en una investigación y denuncia de Fraude. Con la investigación logramos presentar un informe de 618 páginas que nos permitió, aunque en teoría, la apertura del Tribunal Supremo Electoral a realizar un peritaje ciudadano.

¿De qué fraude hablamos?

—Después de ver el espantoso fraude de 2019 (Evo Morales) existieron patrones y repeticiones del aparato electoral que derivaron en nuestro nacimiento en las elecciones de 2020 y nuestro trabajo continúa incluso con las elecciones regionales actuales.

El fraude de 2019 le costó el puesto a Evo Morales en vuestro informe, ¿detectan y demuestran fraude en las ultimas elecciones en la que ha ganado el MAS?

—Es correcto; increíble pero cierto. El de 2019 le costó el gobierno a Evo Morales, pero hay factores políticos que acabaron derivando en un nuevo fraude en 2020. Esas elecciones que le permitieron ascender a Luis Arce Catacora, del MAS, y que fueron llevadas de manera absolutamente irregular. El fraude de 2019 fue perfeccionado y ésta vez normado. Con esto quiero decir que, en términos generales, todo el proceso fue oscurecido, no transparente y prácticamente oculto para silenciar los instrumentos que en su momento nos permitieron detectar y denunciar el ilícito en «tiempo real”.

Fernando Hamdan, representante del movimiento ciudadano ‘Transparencia Bolivia’.

En su informe, ¿qué demuestran?

—Primeramente, elementos que sobre el proceso en sí fueron irregulares y que después derivan en faltas y delitos electorales que inclinan la balanza a un ganador. Me explico: en 2019 contábamos con el sistema de difusión de resultados preliminares -TREP-. Con este sistema podíamos tener los resultados del cómputo preliminar a un 90-92 por ciento del conteo oficial en las primeras horas después de concluida la votación. Para exponer de mejor manera, para Bolivia los votos de una mesa de votación se registran en un acta, que básicamente es el respaldo del cómputo que se lleva en cada región (departamentos) y se transmite a nivel nacional. Para el sistema TREP, las actas eran fotografiadas en origen, en la mesa de sufragio, y transmitidas vía internet al centro de cómputo.

Resultó evidente el fraude en 2019 porque las imágenes de las actas, en su gran mayoría, fueron creadas días antes del proceso electoral. Esto detonó un estallido social. En 2020 el nuevo sistema de difusión de resultados preliminares -DIREPRE-, fue suspendido horas antes del proceso, primer elemento de oscuridad. En segundo lugar, los metadatos de las imágenes digitales de las actas (propiedades de dispositivo, fecha y hora de captura) fueron deliberadamente retirados y, hasta el día de hoy, sin justificación por el Órgano Electoral. El tercer elemento son las faltas y delitos electorales en los que el Órgano Electoral, en todas sus instancias incurrió, y estos corresponden a la Ley Electoral boliviana que norma las causales de nulidad de actas para cualquier proceso electoral. Casualmente, sólo dos procesos en la historia de Bolivia tienen cero actas anuladas: 2019 y 2020. Como investigadores detectamos en una muestra de no más de 7.000 actas (de 35.600 que hacían a todo el proceso) encontramos 1.850 irregularidades que debieron desembocar en anulación de acta y mesa para una nueva votación.

En síntesis, el presidente Arce ganó con fraude las elecciones. ¿Pasará algo?

—Ante los poderes consolidados y la manipulación de la Justicia tememos que su ilegitimidad sólo sea utilizada cuando el interés de que permanezca en el trono se acabe. Me disculpo por la referencia pero en este caso Bolivia está sufriendo una nueva crisis política desatada por el mismo Gobierno de Luis Arce, que persigue a las Fuerzas Armadas, Policía Nacional, Líderes y activistas de la lucha contra el fraude de 2019. En este escenario, estamos saliendo de un proceso electoral regional (Gobernaciones y Alcaldías) en los que el fraude fue mucho más evidente y, aparentemente, es el motivo para la persecución y judicialización de todos los actores de la caída de Evo Morales. Un proceso indebido a una ex mandataria, órdenes de aprehensión fuera de norma, detenciones arbitrarias, militares procesados en la justicia ordinaria y no cortes militares… Hoy tenemos un escenario de absoluta tiranía judicial y a eso se suma la narrativa del Gobierno que hoy denuncia que en 2019 hubo golpe de Estado.

—¿Detrás está el ‘Grupo de Puebla’?

—Claramente hay influencias externas. Personalmente veo un libreto repetido de la línea sucedida en Venezuela en 2002. 

¿Qué pretenden?

—Si se recuerda el documental «La revolución no será transmitida» y «Radiografía de una mentira» vemos estrategias similares, factores comunes como golpe de Estado y acciones de construcción de enemigos internos y externos.

¿Qué error cometió la presidente Jeanine Yañez?

—Dejar las estructuras del anterior gobierno intactas a título de pacificación del país fue el primer error. La convivencia con otros poderes del Estado, que mantuvieron su lealtad al régimen de Morales. Caso del Tribunal Constitucional, Fiscal General y la suma de todos, el mismo Legislativo que a plan de ley bloqueó su Gobierno. Como dijo en su momento el doctor Carlos Sánchez Bersain, «Se fue el dictador pero no la dictadura». Y llegamos a un proceso electoral en 2020 con una imagen de derecha debilitada y un aparato fraudulento intacto.

Se ha acusado a Evo Morales de narcotraficante y de pedófilo, ¿te consta esto?

—Claro que sí.

Y, ¿eso es solo suyo o se extiende al MAS?

—Se extiende a poderes ocultos como se mencionó antes.

¿Qué poderes?

—En la lectura de un libreto y pasado se infieren intereses y métodos del socialismo del Siglo XXI. Alas radicales del MAS, Juan Ramón Quintana, los hermanos García Linera (Álvaro y Raúl) además de clara injerencia de Cuba y Venezuela. La premisa es, al no tener el poder, controlar el poder y considero ese es el camino adoptado.

¿Cómo puede un país haber tenido y aceptado a un presidente así?

—Adoctrinamiento, aparato de control social y en momentos lo que vivimos ahora, cohesión y represión, todo esto acompañado del relato mediático y narrativa adecuada a sus propios fines. Si se recuerda bien es casi año y medio que Evo Morales sostuvo la tesis del golpe… La repetición y la negación absoluta de la verdad es también parte del libreto.

Ustedes han elevado el informe del fraude al Tribunal Supremo Electoral, ¿qué esperan que pase?

—Estamos agotando las instancias jurídicas a nivel nacional. ya cursamos las ultimas dos demandas penales, tanto a los vocales Supremos como a vocales Departamentales, luego nos tocará la justicia internacional y en medio, y muy agradecido por cierto, espacios com éste que nos permitan llevar la voz boliviana al mundo.


Una entrevista de Josep María Francàs para La Gaceta de la IberosferaSígale en Twitter y en su canal de Telegram

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