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Entrevista a Joseph Humire, director del Centro para una Sociedad Libre y Segura
Entrevista a Joseph Humire, director del Centro para una Sociedad Libre y Segura

Joseph Humire: ‘La migración forzada estratégica es una táctica de guerra asimétrica que usa el comunismo’

17 de junio de 2021

Joseph Humire, director del Centro para una Sociedad Libre y Segura (SFS), me aseguró en el 2016 que Venezuela se convertiría en la Siria de América Latina y que, el país más afectado sería Colombia. Todo se ha cumplido. Y el germen de lo que ha venido sucediendo en el país andino tiene su origen en el régimen venezolano a través de la doctrina de la guerra asimétrica, y donde, además, “actores de diversas partes del mundo aprovechan esta situación o provocan esta situación para poder ir avanzando con sus objetivos estratégicos”, afirma Humire quien recientemente presentó un informe sobre el contexto geopolítico de Colombia. 

¿Existe vinculación entre guerra asimétrica y el comunismo? Cuando escucho el término guerra asimétrica automáticamente lo vínculo con el comunismo. Con lo que ha sido la doctrina de Mao.

Sí, absolutamente. Los grandes pensadores en términos de doctrina de guerra asimétrica son comunistas. Lenin es la principal referencia para entender la guerra asimétrica. Mao obviamente también y hay muchos otros que han participado en esto. 

Una de las razones por las que los comunistas empezaron a desarrollar esta nueva forma de lucha es porque sabían que no tenían la ventaja militar con sus adversarios. Lenin tenía un oficial de inteligencia que se llamó Alexander A. Svechin, que escribió el libro Estrategia. Si lees ese libro te das cuentas que no habla de usar armas, portaaviones, bombas… pero sí habla de usar células, narrativas, infiltración, imágenes… las cosas que no vemos como una guerra tradicional. Todo eso ha ido mejorando con la tecnología, que en aquel momento no tenían redes sociales.

Dentro de ese método de la guerra asimétrica, usted ha hablado de la Migración Forzada Estratégica. 

—Hay “refugiados” que son infiltrados en la cadena de refugiados. No son refugiados normales, no están buscando refugio, sino que están buscando operar en el país donde llegan. Esto se llama, Migración Forzada Estratégica, que se genera cuando se construye a propósito una situación caótica, una crisis humana para forzar la migración con un objetivo estratégico. En su mayoría, las migraciones masivas son por desastre natural, por una guerra… pero en el caso del régimen venezolano ha sido calculado. Ellos sabían lo que querían hacer. Ellos sabían que la economía se iba a destrozar, y esa destrucción ha formado parte de su propósito estratégico. 

Otro nivel de migración es el de los terroristas que ingresan para operar en un país con identificación falsa que es muy difícil de detectar.

—En el caso de Venezuela, las Fuerzas Armadas fueron infiltradas. ¿Tiene información sobre las Fuerzas Armadas colombianas?

—Ha habido ataques, pero en términos de la estructura y la capacidad las Fuerzas Armadas en Colombia no son débiles.

—¿Fueron infiltradas durante el Gobierno de Juan Manuel Santos?

—Yo no sé específicamente si hay infiltrados en las Fuerzas Armadas o en el Gobierno colombiano, pero no lo descarto y no lo dudo. Eso es una tarea muy importante para los servicios de Contrainteligencia de Colombia. Porque es muy alto el nivel de dinero que se maneja.

—¿De dónde proviene ese dinero? 

—También proviene de Venezuela por redes ilícitas, por narcotráfico, petróleo ilícito… Es mucho, tienen mucho dinero, el pueblo venezolano no tiene dinero, pero el régimen maneja flujos de caja ilícito y ese tipo de flujo de caja es el que se usa para entrar y hacer este tipo de operaciones. 

No solamente los servicios de Inteligencia de Venezuela están haciendo este trabajo en Colombia, porque acuérdese de que Venezuela trabaja dentro de una red y entonces hablamos del servicio de Inteligencia cubano, pero también el servicio de Inteligencia ruso e iraní y creo que fue en diciembre pasado que encontraron dos diplomáticos rusos en la Embajada de Rusia en Bogotá. Diplomáticos entre comillas, porque realmente eran espías, personas de los servicios de Inteligencia rusa (uno de inteligencia militar y otro de inteligencia civil). Estaban haciendo un trabajo muy elaborado, estudiaban toda la infraestructura crítica, miraban el sistema de telecomunicaciones y operaban con sus contrapartes en Venezuela. Entonces, cuando hablamos de infiltración e inteligencia y la presencia que tiene Bogotá, no es solamente del régimen venezolano, es Rusia, es China, es Irán, es Cuba, es esa alianza que puede apoyar a Maduro en la captura de Colombia. Por eso es un tema tan importante.

—¿Dentro sus análisis cómo evalúa el hecho de que operen en territorio venezolano grupos terroristas como el ELN y las FARC-D?

—Ellos son los soldados de este tipo de plan porque son los que manejan las redes ilícitas más fuertes en Colombia. Estamos hablando de flujo de narcotráfico, de minería, de petróleo, de lavado de dinero y eso le permite a Maduro, en cierta forma, tener control en terreno colombiano. Los dos grupos, pero especialmente el ELN, está estructurándose no solamente como un grupo de terroristas colombianos, sino como un grupo terrorista colombo-venezolano, y eso le permite tener un ejército paralelo en los dos países que tienen un comando, control y logística entre las dos fronteras. 

Ahora, algunos van a hablar de la pelea que tiene las FARC en Apure. En términos estratégico esto juega a favor de Maduro. Porque esa pelea da el pretexto perfecto para que Maduro movilice más militares en la frontera, pidiendo más asesoría de Rusia y llevando sus aviones tripulados a la frontera. Eso es parte del plan. No creo que a Maduro le importe esas peleas, solamente están siendo utilizados para este avance. 

Paralelamente al objetivo de deslegitimar al gobierno del presidente Duque, ha estado fortaleciéndose la figura de Gustavo Petro.

—Petro y otros que están ahí, además de que Petro formó parte de un movimiento de insurgencia, actualmente ellos forman parte de una red que está trabajando. Se reúnen muy seguido y están avanzando. En cambio, nuestro lado, no está haciendo lo mismo. 

El mundo prácticamente se está dividiendo entre autoritarios y democráticos, los primeros tienen un manual para capturar más poder político para avanzar con sus objetivos (Rusia, China e Irán son la cabeza de ese mundo), pero el mundo democrático, no tiene cabeza y no hay un manual de cómo defender la democracia, cada país lo hace como puede

En 2019 usted me dijo que Estados Unidos abandonó a Venezuela. ¿Las administraciones estadounidenses no han tenido la visión de lo que puede llegar a pasar y no se han adecuado para accionar, antes que reaccionar a este nuevo tipo de ataque?

Durante mucho tiempo, Washington no ha tenido cuidado sobre América Latina. Pero sí quiero decir que el Gobierno del presidente Trump sí que hizo muchos esfuerzos por el caso de Venezuela. No logró los objetivos que todos pensamos que podían lograr como buscar una salida al régimen de Maduro, liberar al pueblo… Pero sí hicieron un esfuerzo. 

Aunque aún es un poco pronto, ahora vamos a ver qué estrategia va a elaborar y cómo la va a implementar el Gobierno de Biden. Lo que claramente aprendimos de los cuatro años de Trump es que presionar al régimen de Maduro no es suficiente porque al estar Maduro trabajando bajo esta alianza, la única forma de liberar a Venezuela no es atacar solo a Maduro sino también a su red y siempre buscando que rompa esa alianza que tiene con sus actores globales. Vamos a ver si Biden aprendió esa lección y cómo hacerlo. 

Usted y yo hablamos en 2017 cuando estaba empezando el gobierno de Trump, y en ese momento yo no estaba seguro qué iba a ser el presidente Trump sobre Venezuela. Yo sí creo que el presidente Trump y su administración tuvieron un plan. Un plan que ejecutaron, que tuvo algunos éxitos, pero que estratégicamente no llegó a su objetivo. Por lo menos lo intentaron y aprendimos en esos cuatro años. El plan de Trump se llamaba Presión Máxima, pero yo tenía mis dudas porque yo entendía que esto era más complejo que un narcoestado con ocupación cubana. Pero esto no significa que no aprendimos más en ese tiempo, y esas lecciones aprendidas son lo más valioso en este momento.

Deme un titular de cómo está ahora Venezuela.

—La situación ahora es distinta al 2017 donde teníamos más oportunidades, ahora el escenario geopolítico y político en Latinoamérica era distinto. Ahora estamos a la defensiva. Ahora tenemos que jugar a la defensa, para intentar revertir las cosas y llegar a la ofensiva. Ahora tenemos que jugar a elección por elección en América Latina. Perú es un país muy importante, hay que apoyar a las fuerzas democráticas del Perú. Después Chile, y vamos a llegar a Colombia el próximo año y vamos a llegar a Brasil después. Si perdemos las elecciones en todo este camino y los nuevos gobernantes van a ser socialistas, vamos a tener las últimas elecciones de América Latina, porque ya no van a ver más elecciones. La lucha ahora para los venezolanos no es en su terreno, es luchar fuera en los países donde radican porque como sabemos hay millones de venezolanos que se han ido. 

—Una posible estrategia es tener como aliados a Taiwán a Israel, buscar alianzas con otros países además de EE. UU.

—Si piensas en Taiwán, no hay ningún país en el mundo que haya tenido una desventaja militar, política y económica contra una potencia que es China y ha podido mantener por lo menos su estatus de legitimidad internacional. China ha hecho todo para quitar el reconocimiento de Taiwán a nivel internacional, y Taiwán se defiende. Ellos aprendieron la guerra asimétrica porque saben que es la única forma en que van a sobrevivir. Entonces, hay lecciones de estos países que están realizando este tipo de luchas que podemos aprender. Hoy, en 2021, los países de América Latina que son países pequeños están peleando contra los monstruos grandes del Oriente. China es un monstruo enorme que se puede comer toda la región en vivo. Yo creo que los países latinoamericanos tienen que aprender otra forma de luchar porque no van a poder luchar con China directamente.

—Y además China ha utilizado en América Latina la estrategia de la inversión económica.

—Sí. La parte económica es parte de su estrategia de conquista.

—Un objetivo geopolítico en Perú es el oro. 

—Hay mucho oro en Perú. Y el oro ha sido como en otros países, Surinam, Venezuela, México, Chile, un gran mecanismo de lavado de dinero para narcotráfico y hay empresas muy conocidas en este tipo de actividad que están en Perú.

—En el caso de países como EE. UU. que son una potencia militar. ¿Son vulnerables ante la guerra asimétrica?

—Sí. Ya no se ganan las guerras solamente con fuerza militar. Obviamente se utiliza en muchos conflictos. Estados Unidos lo utilizó en Irak, en Afganistán, un poco en Siria… Israel lo está usando también en su conflicto con Hamás. Pero la pregunta es si esas operaciones y fuerzas militares te permite ganar la guerra y lo que yo estoy diciendo dentro de esta doctrina de guerra asimétrica, la respuesta es: no. 

El objetivo en la guerra asimétrica es ganar en la opinión pública y lo más fuerte es la desinformación que hay a nivel mundial. Lo mismo está pasando en Colombia. 

Estados Unidos, que tiene la mayor fuerza militar a nivel mundial, no ha podido ganar la guerra en Irak o en Afganistán, principalmente porque esas guerras fueron asimétricas. Estados Unidos gana casi todas las guerras convencionales. La guerra del Golfo en el 91 la ganamos muy fácil, mucho más fácil de lo que muchos pensaron, y creo que asustamos al mundo con la capacidad y potencia en términos de potencia militar. Creo que en ese momento potencias como China u otros empezaron a dudar si vale la pena enfrentarse a Estados Unidos de forma militar. Acuérdese que nosotros derrotamos al gobierno de Sadam Hussein. No lo tumbamos, porque esa no fue la misión, pero sacamos a su ejército de Kuwait que era la operación principal de esa operación en el Golfo.  

Y lo más interesante es que el ejército de Irak acababa de estar en una guerra de diez años con la República Islámica de Irán. Irán también miró eso y dijo: si nosotros nos pasamos diez años peleando con Irak y Sadam le duró a los Estados Unidos solo diez semanas, es mejor que busquemos otra forma de lucha: la guerra asimétrica. 

Es verdad que se puede argumentar que Estados Unidos no ha ganado una guerra asimétrica o no ha ganado muchas guerras en los último 60 años por el hecho de que son asimétricas y, a pesar de que nosotros somos una fuerza militar en los términos militares convencionales, no somos una fuerza en guerra asimétrica. Muchas veces Estados Unidos pierde esos conflictos. Lo mismo está pasando con Colombia y con Israel.  

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