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DIRECTOR DE LA WEB VENEZUELA VETADA
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Noel Leal: ‘La izquierda carnívora del Foro de Sao Paulo abolió el Estado de Derecho en Venezuela’

23 de diciembre de 2020

Josep Maria Francàs entrevista Noel Leal, venezolano director de Venezuela Vetada.

Pregunta: ¿Qué es Venezuela Vetada?

– Un sitio WEB de opinión política.

Respuesta: ¿De cualquier opinión política?

– Política vinculante a Venezuela y a sus nexos en el proceso revolucionario socialista que envuelve la actualidad global.

– Sueles intervenir en un programa de radio, ¿qué tiene que ver con este portal?

– Venezuela Vetada, en sus inicios, buscaba ser tribuna general de opiniones en esa vía. Le puse de lema «Un lugar donde la parcialidad con Venezuela cobra cuerpo» y es eso lo que transmito en los programas en que me entrevistan con regularidad. Esto se ve volcado en la página web que gestiono junto a otras opiniones.

– ¿Parcialidad con Venezuela?

– Eso es importante. La política venezolana lleva muchos años jugando en contra de los intereses de Venezuela. La mayoría aún no lo entiende a pesar de ver y vivir en un profundo desconocimiento político-ideológico. Hemos vivido un transbordo socioeconómico que nos ha llevado de ser un faro de desarrollo, oportunidad, libertad y progreso a ser hoy sinónimo del infierno. Esto se hizo bajo la falsa discusión de gobierno de turno con la oposición de turno y la llegada del chavismo que terminó de implosionar la débil institucionalidad venezolana llevándonos a esta realidad. Todo en el marco de una pseudodemocracia avalada por la participación de la gente voto a voto que se olvidó de Venezuela y solo buscaba impulsar su parcialidad política.

– ¿Y las últimas elecciones?

– Son parte del mismo teatro del absurdo, solo que con un tono aún más ridículo.

– Pero traerá consecuencias. El régimen se consolida y se libra de la Asamblea que le ‘molestaba’, ¿no?

– Punto importante: desde el inicio de la payasada denominada interinato de Guaidó, en enero del 2019, vengo explicando que su labor sería darle la oportunidad al gobierno de reinstitucionalizarse y hacer que la comunidad internacional acepte la «particular» forma de gobernar del chavismo. Esta elección de la Asamblea Nacional cumple muchas de esas metas. Lo cierto es que en Venezuela no existe poder legítimo alguno, pero gracias a estos teatros montados por la oposición y el gobierno, se da esa idea falsa de inconvenientes graves entre ellos.

– ¿Payasada de Guaidó? ¿No fue un intento serio desde la oposición comprometida?

– No, ninguno. Hagamos un poco de historia y paralelismo con la realidad actual para poder explicar la ausencia de legitimidad que desnuda un poco esta payasada. En el año 2005 la oposición llamó al país a abstenerse en una elección para la Asamblea Nacional después del evidente fraude (por cierto, protagonizado por Smartmatic) del Referéndum Revocatorio contra Chávez en el 2004. En esa elección la participación fue similar a la que hubo en esta votación a la Asamblea Nacional, casi 15 años después. Y es la misma participación que hubo, tanto para la elección de la Asamblea Constituyente convocada por Maduro, como en la de reelección de Maduro. En cada uno de esos eventos no hubo participación del votante opositor. Las cifras de participación general no superaron el 15%, que traducido en votos no supera los 2 millones y medio de votantes. Caso distinto es en los que la población opositora era convocada a participar. Tras cada elección se hablaba de porcentajes récords de participación sobre el 73% del registro electoral, como fue el caso de la estafa de la elección de la Asamblea Nacional del año 2015, que fundamenta su «legitimidad» en la supuesta participación de catorce millones de votantes siendo siete millones y tantos adjudicados a la oposición. Esto mostraba un país casi dividido electoralmente en 50 y 50 como en las distintas elecciones presidenciales, estas sí con «triunfos» del chavismo. Eso explica la farsa de nuestra realidad electoral. De esa elección nace un proceso que nos llevó al desconocimiento de la reelección de Maduro. De acuerdo a la constitución de 1999, es el presidente de la Asamblea Nacional el encargado de asumir la presidencia interina del país por 30 días y llevar a cabo nuevas elecciones. Ahí es que, gracias a la rotación de las directivas, Guaidó asume un cargo que nunca pudo ser una presidencia efectiva y en el cual ya lleva 2 años.

– Me has hablado al principio de un «proceso revolucionario socialista que envuelve la actualidad global» ¿A qué te refieres?

– «La revolución es una sola» es una frase con la que vengo intentando exponer el avance del proceso de transformación que están viviendo diversas democracias a nivel global. A finales de 1998, ante el evidente triunfo electoral de Chávez, compartí un concepto que aún hoy ha sido un tanto difícil de digerir: «Proceso revolucionario Neocomunista-Fundamentalista». Entrábamos en esa etapa en la que se apuntaba el camino ideológico del comunismo como paso lógico de un andar socialista y con el ingrediente del fundamentalismo islámico como agregado, algo totalmente alejado de los conceptos tradicionales de la política tradicional venezolana, pero ya evidente en el accionar político del chavismo y sus conexiones internacionales. Hoy se ven trazas similares en distintos países, pero siempre conectadas a nivel internacional y con el agravante interno, en estos países, de que la discusión política pasa a ser increíblemente local y banal gracias a un entendimiento tácito entre gobierno y sus oposiciones, lo que permite el avance de fondo de ese transbordo político cultural en el que la identidad de la nación se ve profundamente afectada.

– ¿Esa revolución avanza en todo el mundo?

– Si, España es un ejemplo para mí evidente. Esta misma revolución avanza más allá de Iberoamérica, lamentablemente.

– ¿Está el Foro de Sao Paulo desatado y el Grupo de Puebla ha cogido fuerzas?

– Sí, operan en combinación con la Internacional Socialista. Izquierda carnívora protagonizada por los primeros, izquierda vegetariana protagonizada por los segundos.

– Carnívora frente a vegetariana…

– No están frente, van de la mano. En el caso venezolano tenemos a la izquierda carnívora del Foro de Sao Paulo en el poder, la cual en su avanzar en el proceso constituyente de 1999 abolió de fondo el Estado de Derecho solo quedando una fachada que ha sido legitimada electoralmente por la izquierda vegetariana y la Internacional Socialista en la oposición. Es importante destacar que Venezuela es el país con más partidos inscritos en esa organización, desde uno de los más antiguos, Acción Democrática, hasta uno de los más recientes, Voluntad Popular de Leopoldo López.

– ¿Qué se respira ahora en las calles venezolanas?

– A simple vista, en Caracas, puedes observar aún mucha banalidad en un sector social que recibe beneficios del estado de ilegalidad que se vive en el país, y mucha incertidumbre en el general de la población, pero cuando la ves en profundidad o en las provincias respiras toda la realidad: tristeza, desolación, desamparo…

– ¿Ves luz al final del túnel?

– Si, y hay que tomar en serio la razón del porqué llegamos a esta situación. El no entender lo que vale Venezuela permitió no comprender el tamaño de la traición y consentir este nivel de destrucción. El entender lo que vale Venezuela le da un brillo y fuerza a esa luz. A medida que el venezolano rechace todo lo que nos trajo aquí haremos que esa luz nos permita recuperar el país y construir una nación.

Una entrevista de Josep María Francàs para La Gaceta de la IberosferaSígale en Twitter y en su canal de Telegram

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