El exministro de Transportes, José Luis Ábalos, realizó 129 viajes internacionales entre marzo de 1989 y noviembre de 2015, la mayoría de ellos vinculados a actividades de cooperación internacional. De esos desplazamientos, 102 tuvieron como destino Hispanoamérica, donde desarrolló una intensa labor a través de su fundación, Fiadelso, una ONG fundada por él mismo en 1992, actualmente en proceso de disolución según avanza The Objective.
Durante su trayectoria como cooperante, Ábalos centró buena parte de sus esfuerzos en Colombia y Perú, países a los que viajó en 35 y 21 ocasiones, respectivamente. La Guardia Civil, en un informe económico-patrimonial encargado por el Tribunal Supremo, ha identificado inmuebles a su nombre en ambas naciones. En Colombia, se detectó un chalé en Tulúa, aunque la valoración inicial de 2,5 millones de dólares fue corregida posteriormente a 2,5 millones de pesos colombianos, equivalentes a unos 751 euros.
En Perú, el antiguo dirigente socialista figura como titular de dos parcelas en Chimbote, donde se construyó un centro social gestionado por la Asociación de Vivienda de Trabajadores Marítimos y Portuarios Miguel Grau. La propiedad, adquirida por apenas 430 euros en 1998 gracias a un acuerdo con la municipalidad, tiene hoy un valor estimado de 1,2 millones de euros. Pese a que Ábalos declaró no tener propiedades fuera de España, el edificio continúa registrado a su nombre.
La conexión de Ábalos con ese inmueble resurgió en 2019, cuando una mujer identificada como Jenifer Balta acudió a una comisaría de Chimbote para reclamar la propiedad en su nombre. Días después, el entonces diputado autorizó desde el Consulado de Perú en Madrid las gestiones para recuperar el control del edificio y desalojar a quienes lo habitaban.
Fiadelso, la fundación que presidió entre 1998 y 1999, canalizó al menos 5,5 millones de euros en subvenciones públicas entre 2004 y 2015, muchas de ellas destinadas a proyectos de desarrollo en países latinoamericanos. Solo en Perú, la organización recibió 2,3 millones de euros para programas sociales, financiados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), así como por entidades regionales y locales españolas.
Pese a que se apartó de la dirección de la ONG, Ábalos mantuvo vínculos con la entidad a través de personas de su entorno cercano, entre ellas su exesposa, Carolina Perles, que formó parte del patronato. Este nexo continuó incluso tras abandonar la primera línea del activismo, mientras la fundación seguía activa en distintas iniciativas de ayuda humanitaria.
El informe de la UCO recoge que Ábalos visitó hasta 28 países en su etapa como cooperante. Más allá de Hispanoamérica, su historial incluye desplazamientos a lugares como Senegal, Argelia, Palestina, Vietnam y el Sáhara Occidental, así como numerosos viajes por Europa. En el caso de Nicaragua, donde se encuentra la capital, Managua, fue su primer destino como cooperante, país al que viajó en siete ocasiones.