Esta vía fue respetada por la II República, gracias a los grandes servicios que le prestó el susodicho como fundador del Cuerpo policial de los Guardias de Asalto.
El Ayuntamiento de Madrid tiene motivos para preocuparse y cada día más en relación a su política de cambio de nombre de las calles en la Capital de España.
Desconoce el número de procedimientos interpuestos, básicamente porque hay una segunda oleada de recursos contencioso administrativos con los que no contaba, y que van a poner sobre la mesa que lo que parecía una resistencia puntual a su política memorialística, es mucho más que eso, es una resistencia numantina por unos militares que aunque carecen de defensa en cualquier partido representativo, tienen aún un importante arraigo social en sectores de la sociedad capitalina.
Es el caso del General Muñoz Grandes, primer general de la División Azul y vicepresidente del Gobierno de España, verdadero gestor de los acuerdos bilaterales con los Estados Unidos aún en vigor, y persona de gran prestigio nacional e internacional.
Este militar disfruta de una calle en su ubicación actual, desde hace casi un siglo, cuando Carabanchel no formaba parte aun de la gran metrópoli, y como agradecimiento y reconocimiento a su valor y patriotismo manifestado en las campañas de Pacificación del Rif, como vecino distinguido que fue y aclamado por sus vecinos como se puede apreciar en la prensa de la época.
Esta calle, Paseo de Muñoz Grandes, en donde ni siquiera aparece rango militar, fue respetada por la II República, gracias a los grandes servicios que le prestó el susodicho como fundador del Cuerpo policial de los Guardias de Asalto.
Un abogado madrileño, emparentado con un Divisionario, lleva la acción judicial de defensa de esta calle, como Homenaje a la División Azul y a su primer Jefe, y porque ya está cansado de la estigmatización que sufre el estamento militar en España, verdadera cabeza de turco en todo este proceso sectario de la Memoria Histórica.
Ya puestos a aplicar Memoria Histórica, que se la apliquen a personajes como Don Juan March, financiador del Alzamiento, o a la Justicia Española, que fue la que llevó a cabo los procedimientos judiciales de la represión, pero que dejen en paz a los que lucharon en primera línea por una España mejor.
Por otro lado conviene recordar que el alcalde de Carabanchel que otorgó una calle en su municipio al entonces Comandante Muñoz Grandes, el Señor Teresa, fue asesinado vilmente por el Frente Popular durante la Guerra Civil española. De esta Memoria Histórica parece que nadie se acuerda.
Tendrá que ser el Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 20 de Madrid el que tome una decisión al respecto. De momento se ha admitido el recurso contencioso administrativo a trámite, y por lo que parece se divisa una nueva batalla judicial por una vía del callejero madrileño.
Pronto se informará de nuevas defensas de las calles afectadas por la Ley de la Memoria. Lo que parecía un paseo militar para Manuela Carmena y sus huestes podemitas se está convirtiendo en una batalla sin fin donde el desgaste y el descrédito del equipo municipal de Ahora Madrid no conoce límites. Es lo que tiene meterse con los muertos.
Guillermo Rocafort, antiguo caballero legionario.
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