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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Álvaro de Marichalar denuncia que los Mossos le ‘lincharon’ brutalmente

El deportista español fue detenido y golpeado -necesitó puntos de sutura en la ceja- por los Mossos tras manifestarse contra el separatismo

El pasado 26 de octubre el deportista español Álvaro de Marichalar sufrió una detención y una actuación violenta por parte de un grupo de Mossos d’Esquadra responsables de la seguridad de la sede de la Genralidad en la Plaza de San Jaime de Barcelona.

Tras haberse manifestado durante las tres semanas anteriores en la misma zona, aquel día acudió con dos pancartas y una doble bandera europea y española. El texto de las pancartas decía “STOP 3% en toda España” y “Las institucions son de tots”.

A lo largo del día, mientras permaneció entre los manifestantes como venía haciendo en las semanas anteriores, mantenía discusiones con algunos de ellos, pero, según manifiesta Marichalar, éstas habían transcurrido en un tono siempre constructivo aunque vehemente sin agresividad por ninguna parte. Pero esta circunstancia cambió cuando, tras caer una de las pancartas, un mando de los Mozos, sin mediar palabra procedió a confiscarla sin motivo ni razón legal alguna que justificara su «acción policial». Esa actitud enardeció a algunos de los asistentes a la concentración separatista, volviéndolos en contra de Marichalar. 
Unos minutos después el mismo sargento de los Mossos volvió a repetir la operación con la segunda pancarta que también cayó al suelo, enardeciendo más los ánimos de los separatistas, según informa el propio Marichalar.Poco después, cuando Marichalar se encontraba sin las pancartas y justo después de que dos jóvenes que portaban esteladas le quitasen la bandera española y europea que portaba, los Mossos le indicaron que se acercara y procedieron a su detención.

Como muestra el vídeo adjunto a esta información, pese a que Marichalar no se resistió en ningún momento, los Mossos actuaron con una violencia innecesaria. Primero retorciéndole el brazo derecho mientras le introducían en el edificio de la Generalidad. Después, una vez dentro y tras entornar la puerta para que no fuera visto desde fuera, le empujaron en varias ocasiones y acabaron por tirarle al suelo.

Hasta aquí lo que se puede observar en el video que acompaña a esta información. Pero después continuó una agresión que duró un par de horas. Entre golpes, que le causaron una herida en la ceja izquierda, pinchazos en los dedos y esposas mal puestas, el deportista pasó varias horas a merced de estos agentes, mandados por un sargento, sin que de nada sirvieran sus llamadas a la piedad y la solicitud de la presencia de un médico.

Un calvario en la sede del Gobierno catalán

Entre golpes e insultos de todo tipo, le tiraron violentamente al suelo (provocándole una brecha en la ceja izquierda que requirió dos puntos de sutura para su curación) y le esposaron a la espalda -con la máxima saña imaginable- mientras le mantenían en el suelo bocabajo.
La correa del reloj que llevaba Marichalar (que quedó destrozado por los golpes contra el suelo) se abrió y quedó aprisionada por las esposas provocando una enorme presión del reloj sobre su mano derecha durante todo el tiempo que estuvo esposado. Como consecuencia, la mano derecha del deportista permaneció hinchada durante una semana.
Seguidamente le inmovilizaron totalmente durante veinte minutos en los que estuvieron manipulándole los dedos pulgares (especialmente el de su mano derecha) mientras sentía innumerables pinchazos en el pulgar derecho. Según ha confirmado Marichalar, mientras que recibía esos pinchazos notó como las pulsaciones se aceleraban de manera absolutamente antinatural y su ritmo cardiaco alcanzaba una velocidad jamás experimentada en su larga vida de deportista. Por esta razón pidió la presencia de un médico.

Tras unos veinte minutos en esta desagradable situación, le incorporaron del suelo y le sentaron en un banco. Tras ello, el rítmo cardiaco empezó a normalizarse lentamente y le trasladaron a un centro médico. Antes del traslado le informaron que estaba detenido por resistirse a la autoridad, algo que niega haber hecho en ningún momento.
Fue atendido en el centro de salud Cuap Manso, donde le dieron varios puntos de sutura para curar la herida de la ceja y se mostraron sorprendidos por el ritmo cardiaco que presentaba. Tras esta asistencia médica, fue trasladado a la comisaría de los Mossos de las Corts, donde permaneció detenido durante ocho horas más.
Días después, y una vez con la copia del atestado policial, Marichalar asegura que los Mossos mintieron en ese documento al decir que “había desobedecido sus indicaciones y se había resistido a la autoridad”. Los Mossos también han afirmado que la brecha fue una autolesión que se hizo el deportista golpeándose con una puerta.
Ahora, tras cuatro requerimientos a los Mossos a través de sus abogados, Marichalar espera que se le faciliten todas las grabaciones de las cámaras de seguridad del interior del edificio para poder demostrar la veracidad de su versión y poder tomar las medidas legales correspondientes contra los agentes que se ensañaron con él.

Álvaro de Marichalar recibe a La Gaceta

– Tras haber sido maltratado por un grupo de agentes de los Mossos, ¿le ha dado alguna explicación oficial ese cuerpo policial?
No me han dado ninguna explicación. Nadie se ha dirigido a mí en ningún momento desde este cuerpo policial español.
– ¿Cree usted que los Mossos que actuaron de esa manera recibían órdenes de sus mandos políticos o que «atajar» cualquier oposición al proceso separatista es una táctica habitual entre esos agentes?
Es muy difícil para mí hacer conjeturas y menos poder asegurar nada en este momento; por mucho que tengo mis sospechas bien fundadas y que cualquiera puede ver cómo y en qué dirección ha sido la actuación de los mozos desde hace años.
Dicho esto, cualquiera puede sospechar cualquier cosa en base a mis múltiples actuaciones -desde hace años y sobre todo desde primeros de octubre- contrarias al proceso sedicioso promovido por las «autoridades» golpistas del gobierno regional catalán. Unas actuaciones mías siempre realizadas desde la legalidad y el más estricto respeto al orden constitucional, aunque utilizando al máximo todas las posibilidades que permite la libertad de expresión.
Así, escribí y publiqué artículos denunciando a la entonces presidenta golpista del parlamento regional catalán y al entonces presidente sedicioso del gobierno regional catalán, entre otros funcionarios públicos.
También participé en programas de televisión sobre todo extranjeros como el de la BBC «HARD Talk», donde hice una crítica frontal contra la Administración autonómica catalana, desenmascarando las falacias que ha ido sembrando durante décadas entre la opinión pública internacional a través de su red de «embajadas» y medios de comunicación públicos y privados al exclusivo servicio de sus ilegales intereses separatistas.
También redacté un documento que llamé «Declaración Multilateral de Independencia», donde animo al pueblo catalán a desmarcarse e independizarse de los independentistas, a la vez que desmonto las mentiras con las que el mundo separatista ha construido su particular «mundo paralelo» inventado a medida de unas pocas decenas de familias catalanas que son quienes promueven este movimiento diseñado para perpetuar la corrupción en la comunidad autónoma catalana, a la vez que intentan escapar a la acción de la Justicia.
Envié mi Declaración a decenas de periódicos de todo el mundo traducida a seis idiomas. También envié una carta al ahora expresidente regional huido, exigiendo su dimisión.
Además, tres días antes de ser secuestrado por la Policía regional catalana en plena vía pública, hablé con el consejero de interior Forn en la plaza de San Jaime para exigirle lealtad y entregarle mi «Declaración Multilateral de Independencia»
También me dediqué a hablar durante tres semanas con todos los corresponsales de televisión extranjeros con los que pude, para ofrecerles la versión no separatista de la situación de Cataluña; la visión desde el sentido común y desde la verdad que nadie les daba y que todavía nadie les da, aunque el gobierno de la Nación debería encargarse de hacerlo utilizando los carísimos organismos de comunicación que pagamos los contribuyentes para que se defiendan los intereses de todos los españoles, la unidad de la Nación y la Ley.
– ¿En qué situación se encuentran sus acciones legales?¿Ha presentado una denuncia formal, especialmente contra el sargento de los Mossos que lideró el ataque contra usted?
He presentado denuncia contra los individuos que me agredieron y pude identificar. También contra el Cuerpo de Policía regional.
– Tras haberse hecho pública su detención irregular y los daños que sufrió, ¿ha recibido apoyo institucional o político?
No. Ninguno. De nadie. Pero es normal y comprensible si nos fijamos en mi pancarta que dice: «STOP 3% en TODA España». ¡Si alguna institución o algún político no se sintiera aludido me hubiera dado su apoyo! El que no apoyen les deja en total evidencia a todos.  Es la triste y vergonzosa evidencia del 3% que roban hace décadas y que en realidad es el 30% o más en muchos casos…
Necesitamos que la sociedad civil española se ponga en pie frente a la corrupción generalizada en todos los partidos e instituciones.
A nivel personal esta falta de apoyo «oficial» me satisface enormemente porque corrobora lo que denuncio y me reafirma en mis convicciones. Gracias a Dios cuento con el apoyo constante de las buenas personas de la calle y de mis amigos. También de muchas personas separatistas con las que hablo en las calles de Barcelona y que están avergonzadas con la actuación de los agentes de la policía autonómica catalana contra mi persona y que además apoyan sin fisuras mi lema «STOP 3% en TODA España».
Por último me emociona el enorme apoyo que recibo desde el extranjero, donde nadie entiende que las instituciones españolas y los políticos de aquí intenten silenciar lo que me ha ocurrido; algo que me hace sentir lo importante que es la influencia de Europa en nuestra política y en nuestra sociedad.
– Siendo usted un deportista de élite, ¿no cree que estos hechos deberían haber tenido más repercusión? ¿Por qué cree que no se han prodigado más los medios con un ataque tan claro a su derecho de manifestación y a su integridad personal?
Vivimos en una democracia dirigida. Los medios de comunicación juegan el juego de los «políticos» La práctica totalidad de los medios de comunicación están dirigidos .
Hay noticias que se silencian porque van contra el sistema. Los corruptos no quieren ayudar a difundir el mensaje que les pone en evidencia ni quieren proteger a quien les denuncia.
Pero no pasa nada. En mi caso les voy a poner en evidencia desde Europa; desde la Comisión de derechos humanos y desde otras instancias. Vamos a dejar en evidencia a la Policía regional catalana y al gobierno regional catalán. Y al Estado también, porque no hay que olvidar que yo fui torturado en dependencias estatales, ya que el palacio de la Generalidad es ¡la sede de la máxima representación del Estado en Cataluña!
Todo esto da vergüenza en Europa, pero aquí no pasa nada…
¿Alguien puede imaginar a un separatista catalán secuestrado por la Policía autonómica madrileña en plena vía pública en la plaza de la Puerta del Sol e introducido en la Casa de Correos (sede del Gobierno regional madrileño) para ser torturado por ocho agentes desapareciendo diez horas? ¿Se imagina usted a un independentista escocés apaleado en la sede del primer ministro británico en Londres?
Es vergonzoso que nadie diga nada, pero cuanto más tiempo lo intenten silenciar, más escandaloso será cuando la denuncia llegue desde Europa.
– ¿Obtuvo usted partes de lesiones que le permitan llevar adelante las correspondientes acciones judiciales?
Efectivamente tengo diversos partes de lesiones. El primero el que me hicieron en el centro de salud donde me llevaron los propios agentes de la policía regional catalana para curarme la brecha que me habían provocado cuando entre varios me tiraron salvajemente al suelo de losas de piedra, donde me mantuvieron inmovilizado más de una hora bocabajo esposado a la espalda.
El segundo parte de lesiones lo hice en una clínica de Barcelona a la que fui cuando salí tras las diez horas que permanecí ilegalmente detenido. Después hice otros exámenes médicos que también he entregado en el juzgado.
– ¿Qué consecuencias físicas y psicológicas tiene esta experiencia desagradable para usted?
La brecha en la cabeza ya se me ha curado (me dieron unos puntos de sutura)
Han quedado unas pequeñas marcas en las muñecas como consecuencia de que me apretaron las esposas con inusitada presión y saña. Psicológicamente estoy padeciendo las consecuencias. El recuerdo de lo que me sucedió es constante.
También la preocupación y frustración derivada de desconocer lo que presuntamente me inyectaron.
A nivel laboral también me afecta ya que tengo que invertir mucho tiempo y recursos en denunciar el cobarde y salvaje comportamiento de los agentes.
Además está perjudicando mi imagen ante algunos patrocinadores y empresas que me han cancelado las conferencias que me habían contratado al verme detenido por la Policía…
– Con el tiempo que ha pasado -casi dos meses-, ¿qué conclusiones ha sacado usted de la forma de comportarse de esos agentes de los Mossos?
La Policía autonómica catalana (uno de los cuerpos policiales que tenemos en España al servicio de todos los españoles y que todos los españoles financiamos) se ha utilizado políticamente por un grupo de delincuentes organizados. Esos agentes han demostrado ser lo peor de lo peor imaginable. Han deshonrado el uniforme de nuestra policía; de nuestros Mozos de Escuadra. Han corrompido toda norma y todo código de honor. Deben ser apartados del servicio y que todo el peso de la Ley caiga sobre su cobarde proceder.
-¿Había vivido usted alguna experiencia similar a lo largo de su vida?
Hice el servicio militar como voluntario permaneciendo dos años destinado en la policía militar, desde el año 79 al 81. Era una época muy difícil en España con los cobardes asesinos de la abyecta organización terrorista etarra sembrando muerte y odio. Mi tío el coronel José Luis Prieto, jefe de la Policía Foral Navarra, fue asesinado por esos canallas en esa época (sus asesinos están en la calle por cierto). A veces deteníamos a personas y éramos testigos de detenciones que hacía la Policía Nacional y la Guardia Civil en situaciones de enorme tensión. Jamás fui testigo de nada parecido a lo que me hicieron a mi en la sede de la máxima representación del Estado en Cataluña. Jamás vi el odio ni la saña con la que se me violentó por los individuos que deshonraron el uniforme de uno de nuestros cuerpos españoles de Policía.
 
 
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