«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Ana Julia escondió el cuerpo del pequeño Gabriel en un pozo

Las Fuerzas de Seguridad investigan datos sobre los años que residió en Burgos Ana Julia Quezada, detenida este domingo por la muerte de Gabriel Cruz, el niño de 8 años desaparecido en febrero en Las Hortichuelas (Almería), por si estuviera relacionada con algún otro suceso.

Según han informado fuentes policiales, los agentes están recabando la mayor información posible sobre el paso de Quezada por Burgos, donde en la actualidad reside una hija suya de unos 20 años.
Ana Julia Quezada Cruz llegó a Almería desde Burgos y mantenía desde hace apenas unos meses una relación con el padre del menor, Ángel Cruz. Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil investigan ahora la estancia de esta mujer en Burgos por si pudiera aportar algún dato que ayude a esclarecer los hechos o, incluso, si estuvo relacionada con algún otro suceso ocurrido en esta ciudad.

Ocultó el cadáver en un pozo

«No he sido yo… Esta mañana he cogido el coche», dijo la presunta asesina intentando justificarse ante los agentes que habían procedido a su detención. «Cállate», le respondieron policías y guardias civiles que, tal y como han informado testigos presenciales, lloraban tras el hallazgo del cuerpo sin vida del menor. Las primeras informaciones apuntan a que la mujer cometió el brutal asesinato por su mala relación con el pequeño.
Las Fuerzas de Seguridad seguían sus pasos desde primera hora de este domingo, cuando salió con el padre de Gabriel de la casa de Las Hortichuelas. Dejó a Ángel en un hotel para una entrevista en televisión y ella condujo hasta las proximidades de un pozo que estaría situado en una finca del entorno familiar en Rodalquilar, a aproximadamente cinco kilómetros de las Hortichuelas. Vieron cómo cogía una manta y se dirigía hacia allí. A continuación volvió al coche y emprendió camino hacia el piso de Vícar, donde fue detenida antes de entrar en el garaje.

Cayó en la trama de la Guardia Civil

Los agentes están convencidos de que la presunta asesina pretendía cambiar el cadáver de escondite porque pensaba que la Guardia Civil estaba ya muy cerca de encontrarlo. No pudo soportar la presión y decidió mover el cuerpo. Fuentes de la investigación aseguran que «al menos por el momento no hay ningún implicado más».

Llegó en 2014 a Las Negras, en Níjar

La mujer, de origen dominicano, llegó en 2014 a la localidad de Las Negras, en Níjar (Almería), donde durante toda la búsqueda ha permanecido el puesto de mando avanzado que ha dirigido el rastreo desde la desaparición del niño en la vecina pedanía de Las Hortichuelas.
Ana Julia y su novio de entonces conocieron el lugar durante unas vacaciones y posteriormente inauguraron a medias un bar-cafetería en el único centro comercial de Las Negras.
Sin embargo, la relación entre los dos se rompió un tiempo después, sin que haya sido concretado de forma exacta cuándo.
Familiares de Ángel Cruz señalan que la mujer conoció al padre de Gabriel hará aproximadamente un año, si bien la relación entre ambos no se habría consolidado, según ellos, hasta hace unos meses.
Aseguran que no tenían demasiado trato con la mujer, aunque añaden que solía acudir casi todos los fines de semana a Las Hortichuelas con su pareja.

Sospechosa desde el hallazgo de la camiseta de Gabriel

Así lo hizo el día en el que desapareció Gabriel. A la hora en la que se perdió el rastro del niño, sólo ella y la abuela del pequeño estaban en la casa de esta última junto al menor.
Ahora, doce días después de la desaparición, Ana Julia ha sido detenida en Vícar, después de que los agentes de la Policía Local y la Guardia Civil encontraran en el maletero de su vehículo el cuerpo sin vida de Gabriel.
Los vecinos de Las Hortichuelas comenzaron a sospechar de una posible implicación de Ana Julia Quezada en la desaparición cuando esta afirmó haber encontrado una camiseta interior de color blanco del menor.
Y desde ese momento estaba siendo sometida a vigilancia permanente, pues los investigadores tenían la convicción de que fue ella quien la colocó allí, a tres kilómetros de la casa de la abuela.
Quezada aseguró haber encontrado la pieza de ropa en las inmediaciones de la depuradora del Barranco de Las Águilas, en la barriada de Las Negras (Níjar), cuando paseaba junto al padre de Gabriel.
Los habitantes del lugar donde se perdió el rastro del niño Gabriel Cruz aseguran que nadie pensó en que Ana Julia pudiese ser la responsable de la desaparición «hasta que pasó lo de la camiseta, fue muy raro que estuviese seca y la encontrase ella». «Mi yerno es policía y pasó con un grupo por la mediana y no vio la camiseta. Ahí sí hubo algo de sospechas, porque además estaba seca», relata un vecino.
La detenida llegó a afirmar durante una entrevista con TVE que el mismo día de la desaparición del niño ella misma había advertido al menor contra los desconocidos.

«Esa misma mañana estuvimos desayunando y salió la conversación. La abuela y yo. Y le dijimos, ‘Tú si ves un desconocido corre, no te pares’. Mira por dónde, ese mismo día desapareció el niño», declaró la arrestada ante las cámaras.
Y agregó: «Solo no se iría, no se alejaba él, se marchaba de cada media hora y volvía… Se comía una manzana, una fruta, y volvía con los amigos. Pero es que ese día Gabriel no volvió».
Una vez arrestada, Ana Julia Quezada ha sido conducida a la Comandancia de Almería, donde horas más tarde hacían acto de presencia el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, y el subdelegado del Gobierno en Almería, Andrés García Lorca.
Decenas de personas se han congregado de forma espontánea ante la Comandancia de Almería para increpar a la mujer, que permanecerá en los calabozos de estas dependencias policiales hasta que sea puesta a disposición judicial.

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