«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Ana Julia mató al pequeño Gabriel una hora después de secuestrarlo

El menor fue asesinado incluso antes de que sus padres denunciaran su desaparición.


Ana Julia Quezada mató al pequeño Gabriel Cruz una hora después de secuestrarlo en la pedanía almeriense de Las Hortichuelas (Níjar), según una ampliación del informe forense que este jueves publica «La Voz de Almería».
Según los especialistas del Instituto de Toxicología de Sevilla, el pequeño murió asfixiado entre «una y dos horas» después de comer en la casa de su abuela.
El informe corrobora así el resultado de la autopsia realizada a Gabriel en el Instituto de Medicina Legal de Almería, que concluyó que el menor, de 8 años, fue asesinado el día de su desaparición. De esta forma, el menor fue asesinado incluso antes de que sus padres denunciaran su desaparición.
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, prometió este miércoles a los progenitores del niño Gabriel Cruz, la «máxima celeridad y precisión» por parte de la Guardia Civil para concluir la investigación de este caso. «Nosotros vamos a poner todo de nuestra parte. La Guardia Civil está poniendo todo de su parte para que todas las pruebas que quedan por completarse estén para que cuanto antes pueda resolverse este asunto que ha amargado para siempre su vida», dijo durante su intervención en la clausura de la Junta Directiva del PP de Almería.
Zoido quiso tener un «recuerdo» para Ángel Cruz y Patricia Ramírez, los padres de Gabriel, quienes, «pese a vivir una situación durísima, nunca perdieron la racionalidad». «La situación a la que ellos se han enfrentado es la más dura a la que puede verse frente a ella un ser humano. Nos han dado una lección de vida y al mismo tiempo de humanidad», sostuvo.
Asimismo, recordó a todas las personas que en Almería están «garantizando la libertad y seguridad», policías nacionales y guardias civiles que «están velando mañana, tarde y noche» por la seguridad de los ciudadanos.
En concreto, se ha referido a aquellos hombres que se «emocionaron» al encontrar el cadáver de Gabriel porque pensaban que aún estaba con vida.

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