El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha abandonado este jueves la Cumbre Hispano-Francesa que se celebra en Barcelona tras saludar a los presidentes Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, pero antes de que sonaran los himnos de España y Francia.
Aragonés ha llegado al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) sobre las 10.20 horas del jueves y ha tenido que esperar 25 minutos hasta la llegada de Sánchez, con quien ha compartido cerca de un minuto de conversación.
Poco después ha llegado la delegación francesa encabezada por Macron, que ha sido recibida por el presidente español. A continuación ha saludado a Aragonés y el resto de autoridades: la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la delegada del Gobierno, María Eugenia Gay y la presidenta de la Diputación barcelonesa, Nuria Marín; y el jefe de la Inspección General del Ejército, el teniente general Manuel Busquier.
Ha sido entonces cuando Aragonés ha abandonado el acto en su coche oficial, mientras que Sánchez y Macron han pasado revista a las tropas y presidido la ceremonia con los himnos nacionales de ambos países.
Después, han saludado uno a uno a los ministros asistentes a la Cumbre, diez de cada país; tras lo que ha llegado la foto de familia de los dos presidentes junto con los ministros en un lateral del MNAC, con las banderas francesa, española y europea de fondo. Mientras llegaban las autoridades, se escuchaban a lo lejos silbidos procedentes de la manifestación separatista que se ha celebrado en la zona de la avenida María Cristina.
Sin embargo, tanto el Gobierno español como el francés han restado importancia a estas movilizaciones. En Moncloa no creen que este acto de protesta pueda opacar el encuentro, dada la relevancia del mismo puesto que se procederá a la firma de un nuevo Tratado de Amistad y Cooperación entre España y Francia, con el que los dos países quieren elevar aún más el nivel de su excelente relación bilateral y dotarla de un nuevo marco jurídico.
Además, ambos gobiernos han defendido que la elección de Barcelona es adecuada porque será esta ciudad desde la que parta el futuro hidroducto del proyecto H2MED que llegará hasta Marsella y por la fuerte presencia de franceses en la Ciudad Condal.