«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Cesiones al separatismo, encubrimiento de redes de pederastia...

Armengol, un calco de Sánchez para presidir el Congreso

Francina Armengol y Pedro Sánchez. Europa Press

La socialista mallorquina Francina Armengo ha sido elegida presidenta del Congreso de los Diputados, puesto que la convierte en la tercera autoridad del Estado español según el protocolo oficial. En la España que da 7,7 millones de votos al PSOE, resulta difícil encontrar un personaje político más adecuado para la nueva legislatura de las Cortes Generales.

Si Pedro Sánchez dictó dos estados de alarma inconstitucionales para imponer los confinamientos, Francine Armengol fue sorprendida durante esos meses infames de 2020 en un bar de copas vulnerando sus propias órdenes de cierre de establecimientos y distancia social. En el Reino Unido y en Estados Unidos los Parlamentos nacionales están exigiendo cuentas, respectivamente, al ex primer ministro Boris Johnson y sus ministros por sus mentiras durante la pandemia y al doctor Fauci y a la familia Biden por sus corrupciones. En España, por el contrario, las normas y las multas son para el populacho, no para los miembros de la oligarquía.

Pero el mayor escándalo de Armengol fue el encubrimiento de las redes de pederastia y abuso sexual que se cebaban en varios adolescentes de ambos sexos y que denunciaron en 2019 varios empleados de los centros dependientes del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales. El Gobierno ‘de progreso’ primero lo negó todo, luego se amparó en el secreto judicial y la edad de las víctimas y, por último, acusó a los denunciantes de estigmatizar a los afectados. Las feministas de cuota y subvención, como ya hemos visto en otros delitos similares, callaron. Sin embargo, una asociación, apoyada por PP, VOX y Cs llevó el caso al Parlamento Europeo y el asunto sigue en los tribunales.

Muchos ciudadanos baleares no han debido sentirse molestos ni indignados por el gobierno de Armengol, porque el 28 de mayo le dieron a su lista menos de 120.000 votos; y en las elecciones a Cortes de julio, la lista que ella encabezaba por designación de Sánchez superó los 150.000 sufragios.

El último punto que convierte a Armengol en la presidenta ideal de la Cámara que elige al jefe del Ejecutivo es que se trata de un calco de Sánchez. La farmacéutica sabía que para llegar al Gobierno regional y mantenerse en él debía pactar con los nacionalistas catalanistas y ceder en todo lo que le pidieran. Y así lo hizo. Dio marcha atrás a su plan de no exigir el dominio de la lengua catalana al personal sanitario, del que se carece en Baleares, pero la protesta de sus socios le hizo rectificar. Ahora, recién estrenada en la presidencia del Congreso, permite el uso de las lenguas cooficiales en la Cámara, sin tomarse la molestia leguleya de reformar el reglamento.

Aparte de las interpretaciones sobre la sociología que representa Armengol de los votantes del PSOE, su nombramiento permite adivinar el proceso de investidura. Moncloa ha decidido a quién quería de presidente del Congreso y los socialistas han sido capaces de pactar con los proetarras de Bildu, los supremacistas del PNV, los golpistas de ERC y de Junts y los separatistas del BNG. Esos 178 diputados se convertirán en el bloque de investidura de la nueva legislatura. Al Rey ya le han dejado claro qué candidato tendrá el apoyo de más de la mitad de la Cámara. Y después de este trámite, ¡tocará ponerse a preparar los Presupuestos Generales del Estado de 2024 y una amnistía para los golpistas que llevaron a Cataluña al borde del enfrentamiento civil! Quien es invitado a formar parte de “la mayoría social” queda limpio de delitos y pecados.

Ante Pedro Sánchez dan ganas de repetir el elogio del personaje de Michaleen Oge Flynn en El hombre tranquilo: “¡Homérico!”. Es capaz de mentir, de traicionar su palabra, de empobrecer a los españoles, de apuñalar a sus aliados en el consejo de ministros, de humillarse ante Marruecos, de incumplir la Constitución, de liberar a violadores por una ley chapucera… y aun así consigue más votos que hace cuatro años.

Mientras tanto, Alberto Núñez Feijoo y su corte acaban de comprender que no es verdad que hayan ganado las elecciones del 23 de julio. Sin embargo, no parece que se hayan dado cuenta de que no existen esos socialistas patriotas con los que querían pactar antes que con los diputados de VOX.

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