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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Mas abandona la presidencia del PDeCAT y reconoce como inviable la secesión

El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha anunciado  que deja la presidencia del PDeCAT, una decisión que ha dicho que lleva meditando desde antes del 1 de octubre.

Mas ha anunciado su decisión en una rueda de prensa de urgencia en la sede del partido, a menos de una semana de que se conozca la sentencia del caso Palau de la Música, cuando debe afrontar con más tranquilidad la defensa de sus causas judiciales relacionadas con el 1-O y para facilitar un impulso del partido en su operación de «ensanchamiento», tras la experiencia positiva de Junts per Catalunya (JxCat).
El dirigente ha marcado su marcha como punto de partida para ensanchar las bases del partido con la incorporación de nuevas caras y confiando en el proyecto de su formación. En este sentido, ha señalado que no se puede «acelerar la implementación de la independencia en un cortísimo plazo» al contar únicamente con el 47% de los votos.

No deja la política, sólo la primera línea

Así, el ya expresidente del PDeCAT y exlíder de CDC ha remarcado que no quiere ser un «freno» para «la expansión natural acelerada» que puede tener JxCat, la experiencia electoral liderada por Carles Puigdemont para el 21-D, que ha subrayado que quiere «que cuaje y se refuerce».
«Y estar al frente del PDeCAT no lo expande, sino que lo limita», ha valorado Mas, que ha apostado así por que JxCat sea el «acelerador» que convierta a su partido en lo que querían que fuera cuando fue fundado en julio de 2016, como fuerza heredera de CDC.
Pese a su «nuevo paso al lado», justo dos años después de ceder el relevo de la Presidencia de la Generalitat a Carles Puigdemont tras la presión de la CUP, Mas ha dejado claro que «no se retira de la política, porque la vida es muy larga y el futuro dirá», aunque sí abandonará «la primerísima línea».

Rechaza opinar sobre el futuro de Puigdemont

Por otro lado, Mas ha negado que su renuncia a la presidencia del PDeCAT guarde relación con la estrategia de  Puigdemont, y ha dicho que «respetará» las decisiones que éste adopte, si bien ha evitado en todo momento avalar su estrategia ante la nueva legislatura catalana.
Ha remarcado que en los últimos dos años no ha hecho «ni una sola declaración pública que cuestionara» a Puigdemont, «pudiendo estar de acuerdo más o menos» con él, algo que ha garantizado que tampoco hará a partir de ahora.
En este sentido, ha dejado manos libres al presidente de la Generalitat cesado para que tome las decisiones que considere oportunas desde Bruselas, en donde está huido de la justicia española.
Pero no ha querido responder si Puigdemont debería regresar a Cataluña para la investidura o éste debería tratar de lograrla por la vía telemática: «No seré yo quien le daré consejos, y menos en público», ha afirmado.

Centrarse en sus causas judiciales

Además, el expresidente catalán, ya condenado por el 9-N, abandona porque quiere y necesita más tiempo para afrontar las nuevas causas judiciales derivadas de los últimos sucesos en el proceso secesionista.
Mas está en el punto de mira del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que instruye la causa por rebelión contra el Govern cesado por el proceso separatista, especialmente después de que un informe de la Guardia Civil lo situara en el «sanedrín» político que planificó la hoja de ruta hacia la independencia.
En un auto del pasado 22 de diciembre, Llarena acordó ampliar su investigación por rebelión al expresidente de la Generalitat Artur Mas, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, y la portavoz parlamentaria de la CUP Anna Gabriel, entre otros.
El magistrado sospecha que figuran entre el núcleo de políticos y cargos de las entidades soberanistas que dirigieron y coordinaron la hoja de ruta hacia la independencia.
El juez del Supremo citará a declarar próximamente como investigado en la causa por rebelión a Artur Mas, quien ya cuenta con una condena -aún no firme- de dos años de inhabilitación por organizar la consulta independentista del 9N, pese a su suspensión por el Tribunal Constitucional (TC).

A una semana de conocer si CDC se financió ilegalmente

Mas ha desvinculado  su renuncia de la sentencia del caso Palau de la Música, que se conocerá el próximo lunes, y ha alegado que CDC ya pagó por ello «el precio más alto», que fue «autoliquidarse».
Ha apuntado que el hecho que el anuncio de su renuncia se produce a menos de una semana de la sentencia del caso Palau de la Música y que esto puede dar lugar a «interpretaciones».
Pero ha aseverado de que esta decisión, que la había tomado antes del 1 de octubre, consideró que debía comunicarla cuando pasase el referéndum unilateral de independencia y las elecciones catalanas del 21-D.
En todo caso, Mas ha dicho que, ante «todas aquellas sensaciones de que CDC fue un partido que podría no haber hecho las cosas suficientemente bien», la formación ya pagó «el precio más alto que se puede pagar, que es desaparecer, autoliquidarse», ha asegurado en la sede del PDeCAT, partido heredero de CDC.
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