El histórico apagón que afectó a toda la Península el pasado 28 de abril —en algunas zonas, de más de 12 horas— se ha cobrado hasta ahora la vida de diez personas en España, según los datos recopilados por los servicios de emergencia autonómicos y estatales. Aunque aún se investigan las circunstancias exactas de algunos casos, los indicios apuntan a que la interrupción prolongada del suministro eléctrico ha tenido consecuencias mortales en distintos puntos del país, especialmente entre personas dependientes de dispositivos médicos o que recurrieron a métodos alternativos para iluminar o calentar sus viviendas.
En Galicia, seis personas han fallecido en diferentes localidades. En Ferrol, un hombre de 59 años con múltiples patologías fue hallado sin vida por su sobrina. En Betanzos, un anciano de 80 años murió mientras dormía; su cuidadora lo había dejado aparentemente bien la noche anterior. En Dumbría, otro hombre de 86 años falleció durante la mañana del martes. Además, en Taboadela (Ourense), un matrimonio y su hijo —de 81, 77 y 56 años, respectivamente— murieron por inhalación de monóxido de carbono procedente de un generador que alimentaba un respirador esencial para el padre. Según la Guardia Civil, la mala combustión del aparato habría liberado el gas letal, que se propagó por la vivienda.
En Madrid, una vela utilizada para iluminar una vivienda en el barrio de Carabanchel provocó un incendio que acabó con la vida de un hombre de 52 años. El fuego se originó en la noche del lunes en un primer piso de la calle Clara Campoamor. Trece personas resultaron intoxicadas por el humo; cinco de ellas tuvieron que ser trasladadas a un hospital, aunque su estado no reviste gravedad. Los bomberos realizaron varios rescates en un edificio que quedó parcialmente envuelto en llamas.
Otro caso especialmente trágico se ha producido en Castilla y León, donde ha fallecido un paciente con ELA que dependía de un equipo de soporte vital alimentado por baterías. El corte eléctrico prolongado superó la capacidad de reserva de sus dispositivos. La muerte fue confirmada por su entorno, aunque la familia ha preferido no realizar declaraciones.
En Alcira (Valencia), una mujer de 46 años con una grave enfermedad cardiopulmonar murió al quedarse sin oxígeno. El respirador que utilizaba para sobrevivir dejó de funcionar a los pocos minutos del apagón. La Policía Nacional acudió a su domicilio sobre las 13.00 horas e intentó reanimarla durante más de 20 minutos, sin éxito. Aunque fuentes del departamento de Salud de La Ribera señalan que se trató de una muerte natural, la coincidencia temporal con la interrupción del suministro eléctrico ha generado dudas que todavía no se han despejado del todo.
Finalmente, en Algeciras (Cádiz), una persona perdió la vida en uno de los tres incendios domésticos registrados durante la madrugada del apagón. El más grave ocurrió en la urbanización Parque Bolonia, donde las llamas consumieron un piso entero. Aunque la mayoría de los vecinos pudieron escapar por su cuenta, uno de los residentes no logró salir a tiempo.