El sindicato de profesores AMES alerta de que en los libros se presenta a los diferentes gobiernos de España como injustos, incompetentes y enemigos de la cultura catalana, de su lengua y de sus entidades propiciando que los alumnos no se sientan españoles, sino sólo catalanes.
Los separatistas niegan que en Cataluña se adoctrine. Tres ejemplos de cómo lavan el cerebro a los chicos de la ESO con los libros de Geografía e Historia:
La Historia de España se presenta como un constante conflicto entre España y Cataluña. Los enfrentamientos más repetidos son la “Guerra dels Segadors”, la “Guerra de Sucesión” y la proclamación de la “República de Cataluña”.
Los gobernantes de España siempre aparecen coartando las libertades, las costumbres, las tradiciones y la lengua propia de los catalanes, y los catalanes defendiéndolas, sin cometer error alguno. Generalmente no se hace ninguna referencia a acciones positivas por parte del Ejecutivo, ni a proyectos comunes, ni a éxitos conjuntos.
Además, muchos de los planteamientos contenidos en los libros propician que los alumnos no adquieran la identidad española, que no se sientan españoles, sino sólo catalanes, al no hacer referencia alguna a las instituciones, entidades y normas compartidas, como son la monarquía, el Gobierno, la Constitución y los derechos de ella derivados, los servicios educativos y sanitarios, los centros de investigación, y los cuerpos de defensa y de seguridad.
De esto advierte el Sindicato de profesores AMES (Acción para la Mejora de la Enseñanza Secundaria), presidido por Antonio Jimeno, que ha revisado uno por uno los libros de texto de Geografía e Historia de 2º, 3º y 4º de ESO, pertenecientes a las editoriales Barcanova, Cruïlla, Edebé, La Galera, Santillana y Vicens Vives, y ha encontrado un puñado de planteamientos ideológicos partidistas, que sólo son defendidos por los partidos separatistas, que no son compatibles con nuestra Constitución, y que no se deberían enseñar en los centros educativos.
El pasado abril también demostró cómo manipulan a los niños de 6 a 11 años. Estudió los contenidos de Geografía e Historia de Primaria y encontró “un claro enfoque partidista y abiertamente anticonstitucionales en determinados libros”.
AMES concluye que el Ministerio de Educación debería disponer de los mecanismos necesarios para controlar que en los centros educativos sólo se enseñe lo que está establecido por las leyes generales de educación y que lógicamente coincide con los valores establecidos en la Constitución. Advierte de que sin estos mecanismos es muy probable que en determinadas comunidades autónomas cada vez haya más alumnos que deseen independizarse del resto de España.
Explica que actualmente la Alta Inspección de Educación no dispone de los medios, humanos y materiales para actuar, ni de las competencias legales para hacerlo, y apunta que algo tan imprescindible y sencillo como es el restablecimiento de la autorización de los libros de texto por parte del Ministerio, le resultaría una tarea inabordable.
Estructura política del Estado
Este sindicato de docentes ha detectado que en los libros de la ESO se dedica una extensión a la geografía e historia de Cataluña excesivamente superior que a la de España, no se cita el concepto de provincia o no se lo prioriza sobre el de comarca; y se prioriza término «Estado español» o «Monarquía hispánica» o similares, sobre el término «España», o se cita muy pocas veces «España», y no se resalta que la Constitución está por encima.
Explica que se presenta a Cataluña y a España como si fueran dos entidades diferentes de la misma categoría y que en los mapas Cataluña se destaca en color distinto como si fuera un estado independiente.
La historia de España y Cataluña
Este sindicato informa que se utiliza el término «Corona catalanoaragonesa» o «Corona de Aragón» en vez de «Reino de Aragón», que es lo que realmente existía, y que se hace creer que la Cataluña inicial comprendía Aragón o era del mismo rango que Aragón.
Además, cuenta que se le otorga a Cataluña la categoría de Reino, que en lugar de decir Carlos I de España se dice Carlos I de Castilla y de Cataluña-Aragón, como si no existiera España, y que se esconde que los negocios de muchos catalanes en América, a partir del siglo XVIII, se debieron al decreto de Nueva Planta.
También se considera la guerra de «els Segadors» como un ataque de Castilla a Cataluña y no como la consecuencia de no querer contribuir a formar el ejército, y se habla del bandolerismo catalán, sin hacer una condena explícita del mismo.
Ha encontrado victimismo por el decreto de «Nueva Planta» y/o sin citar que fue la consecuencia de que Cataluña apoyó al otro aspirante al Reino.
Además, dice que se presenta la Guerra de Sucesión como una guerra contra Cataluña, en vez de hacerlo cómo una guerra entre dos aspirantes; y la declaración del Estatut por Macià o/y del Estado Catalán por Companys, como un hecho legal y positivo.
También ha detectado que en el apartado de la Segunda República se presenta a la derecha como mala y a la izquierda como buena.
Además, que se exaltan sin crítica las Bases de Manresa y/o se relacionan con el derecho a la independencia de las colonias .
Explica que fomentan sólo la identidad catalana, y que se afirma que se prohibió el catalán, sin aclarar que no era así a nivel familiar y social y/o que los catalanes no querían hablar en castellano
Asimismo, indica que no se hace ninguna referencia a la obligación de cumplir y hacer cumplir las leyes de España, y se critica al Tribunal Constitucional y no se enseña que las leyes se han de cumplir aunque no gusten.
También “se dice que Cataluña y País Vasco se sienten naciones, como si todos sus habitantes pensaran lo mismo y sentirse quisiera decir serlo” y “se presenta el nacionalismo catalán y su uniformidad (catalanidad) como bueno y el español (españolidad) como malo”.
A esto se suma que “se ensalza en exceso los méritos de los intelectuales y artistas catalanes o se hace lo contrario con los españoles” y “se silencian los errores de los dirigentes de Cataluña o se los considera aciertos y se hace lo contrario con los dirigentes de España”.
Un libro, al detalle
Socials 3, de 3º de ESO (Editorial Barcanova). AMES informa de que en este libro hay una desproporción entre el número de páginas dedicadas a la Geografía (246) y las dedicadas a la Historia (114) y dentro de la Historia, que en este curso se dedica a la Historia moderna, sólo 28 son de la historia de España, “una forma evidente de que al alumnado no le llegue demasiada información sobre una realidad llamada España, que es su país”.
Por otro lado, indica que como sucede en la mayoría de los libros revisados, se observa la casi total desaparición del nombre de “España”, y que los nombres sustitutivos más empleados son “imperio hispánico” y “monarquía hispánica”. Igualmente, en los mapas, en lugar de poner “España”, para referirse a ella se pone los nombres de los reinos que se unieron para constituirla, como “Castilla” y “Corona de Aragón”.
Informa, además, de que en la página 197 para demostrar que los Estados no son tan estables como parece, se explican los dos únicos casos conocidos en Occidente, de nacimiento de dos nuevos Estados: Montenegro y Kosovo. El primero, en 2006, tras un referéndum, y el segundo, en el 2008, mediante una declaración unilateral de independencia. AMES destaca que es “una forma muy sibilina para hacer creer a los alumnos que la secesión de un aparte del Estado es muy normal y que, por lo tanto, los Estados que se opongan a desmembrarse son detestables”.
En la página 199 se sigue transmitiendo la idea de que el deseo de independizarse es muy frecuente, y se muestra un mapa de Europa coloreando las regiones donde hay un porcentaje de personas que desean la autodeterminación, sin indicar que en muchas de ellas ese porcentaje es muy pequeño. Además, junto a Cataluña, también señalan la Comunidad Valenciana y las Baleares, para intentar generar la idea de que todos los “países catalanes” quieren la independencia.
Asimismo, en la página 204 «se dice que como en la Constitución consta que las Comunidades Autónomas pueden ser nacionalidades, lo que quiere decir que son naciones históricas, con el objetivo de que el alumno aprenda que España no es una nación, sino un conjunto de naciones, es decir algo parecido a la Unión Europea, en la cual se puede entrar o salir según convenga”.
En la página 310 se nombra correctamente a la princesa Isabel de Castilla, pero en lugar de hablar del príncipe Fernando de Aragón, como sería lo que corresponde, se habla del príncipe catalanoaragonés. «Con ello, se vuelve a insistir en que Cataluña junto a Aragón formaban un reino», apostilla.
En la página 318 se presenta al gobierno de Cataluña como bueno y a la monarquía hispánica como mala.
En la 322 se dice que la “monarquía hispánica” voluntariamente entró en la guerra de los 30 años y que sus tropas ocuparon Cataluña, «mientras que la realidad fue que, ante la declaración de guerra en 1635 del Rey de Francia, Luis XIII, contra España, los gobernantes catalanes en lugar de colaborar con su Rey, Felipe IV, aportando hombres y recursos para defender la Cataluña Norte, se alinearon con el Rey de Francia, al que llegaron a nombrar Conde de Barcelona».
«De esto no dicen nada, ni tampoco de que, por alinearse los gobernantes catalanes con los franceses, el pueblo catalán, durante décadas, tuvo que mantener a los ejércitos franceses que ocuparon Cataluña, soportar la competencia de los mercaderes franceses y padecer la guerra en sus propias tierras. Y todo ello, por quererse independizar de España», señala AMES.
Explica también que en las pregunta 11.28 y 11.29 de la página 332 se propone al alumno comentar un texto sobre lo mal que se comportaban los soldados hispánicos que fueron a Cataluña a defender sus fronteras ante los franceses.
Por otro lado, dice que «de forma sorprendente en el texto se afirma que el Estado español nace en 1714 al castigar a los catalanes», y que “es evidente el odio a España que se quiere introducir en los alumnos”.
En la página 325 se presenta la estatua de Rafael de Casanovas y «se comenta la detención de un grupo de personas que fueron a dejar unas flores y la posterior manifestación de repulsa a dicha detención. Aparece así como el líder del movimiento secesionista, cuando, en realidad, Rafael de Casanovas lo que defendía era que el Rey de España, a la cual quería, no fuera Felipe V sino Carlos VI de Austria».
Por otro lado, «para mostrar la celebración del 11 de septiembre se pone la foto de la manifestación independentista del 2014, con lo que se enseña que el carácter de la diada es conseguir la secesión de España, lo cual no es el significado de dicha fiesta compartida por todos».
Y en la página 328 «se presenta a Felipe IV como superficial, perezoso, amigo de las fiestas de disfraces, de bailes, corridas de toros, caza…. En cambio, nunca se hace eso con ningún gobernante de Cataluña, sino que a todos se los presenta como buenos, trabajadores, abnegados y, algunos, como heroicos«.
Ranking de libros con más adoctrinamiento
Se preguntará qué libros difunden esta bazofia. AMES ha hecho una lista según su contenido de adoctrinamiento ideológico partidista.
-Barcanova de 3º de ESO (15 contenidos).
-Teide de 4º de ESO (12 contenidos)
-Santillana de 4ºde ESO (10 contenidos)
-Cruïlla de 4º de ESO (9 contenidos)
-Vicens Vives de 4º de ESO (9 contenidos)
-Santillana de 3º de ESO (8 contenidos)
-Barcanova de 2º de ESO (7 contenidos)
-Cruïlla de 3º de ESO (7 contenidos)
-Vicens Vives 3º de ESO (7 contenidos)
-La Galera de 2º de ESO (6 contenidos)
-Cruïlla de 2º de ESO (6 contenidos)
-La Galera de 3º ESO (5 contenidos)
-Vicens Vives de 2º ESO (5 contenidos)
-La Galera de 4º ESO (4 contenidos)
-Santillana de 2º ESO (4 contenidos)
-Edebé de 4º ESO (3 contenidos)
¿Cómo poner coto a esta manipulación?
AMES considera que la mejor solución para enderezar esta situación, -en su opinión, la única-, sería el establecimiento de evaluaciones externas al final de la Primaria y de la ESO, que deberían ser las mismas para todas las comunidades, aplicadas y corregidas por funcionarios dependientes directamente del Ministerio de Educación.
“Esto permitiría valorar si los alumnos están recibiendo los conocimientos adecuados en cada una de las materias y con las orientaciones ideológicas recogidas en la Constitución y en los Estatutos de Autonomía”, apunta este sindicato, e indica que la Alta Inspección debería ser la responsable de organizarlas.
“Los alumnos que desconocieran los conocimientos establecidos, no obtendrían buenos resultados en dichas pruebas, por lo que se produciría un cambio de orientación ideológica del profesorado de los centros que no lo estuviera haciendo bien, con el fin de que sus alumnos pudieran mejorar sus resultados en dichas evaluaciones, y así en pocos años se acabaría con el actual adoctrinamiento ideológico partidista escolar por parte de los partidos secesionistas”, argumenta.
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