El coronavirus sigue activo, y las autoridades sanitarias de cada comunidad autónoma controlan la decena de brotes que salpican la geografía nacional con rastreos de contactos y aislamientos selectivos, de Lleida a Málaga y de Huesca a Valladolid.
Y es que el virus «sigue ahí y puede volver a golpearnos», según ha advertido en el Congreso el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que ha avanzado que el Plan de Preparación y Respuesta frente a una segunda oleada de la COVID-19 se podría aprobar definitivamente en las «próximas semanas».
Dicho plan propone indicadores específicos para evaluar la transmisión de la enfermedad y las capacidades de la asistencia sanitaria y de salud pública, asignando un nivel de riesgo bajo, medio o alto a cada unidad territorial; también incluirá una reserva estratégica de materiales y medicamentos, de manera que se pueda afrontar una nueva oleada, si llega, «en las mejores condiciones posibles».
Paralelamente, varios de los gobiernos autonómicos afectados por los distintos brotes han lanzado este miércoles mensajes de tranquilidad.
Es «técnicamente imposible que no existan contagios» cuando hay movilidad en toda España y a nivel internacional, pero los sistemas centinela funcionan, ha manifestado el presidente andaluz, Juanma Moreno.
El Gobierno de Aragón ha estado «a la altura de las circunstancias», ha sabido «detectar y calibrar el problema» en las comarcas colindantes con Lérida afectadas por la COVID-19 y va a seguir actuando «con contundencia», ha subrayado el presidente aragonés, Javier Lambán.
Su consejera de Sanidad, Sira Repollés, ha dado por «controlada» la situación en las comarcas de La Litera, Bajo Cinca y Cinca Medio (Huesca) y en la zaragozana de Bajo Aragón-Caspe, en las que se decidió aplicar las reglas de la fase 2 de la desescalada tras un brote originado en el pequeño municipio oscense de Zaidín, ligado a trabajadores inmigrantes de empresas hortifrutícolas.
El brote se encuentra «en fase ascendente, pero estable», ha dicho tras visitar los centros de salud de la zona afectada. Repollés ha rechazado que los contagios estén relacionados con una fiesta de los trabajadores y ha apelado a la responsabilidad de los habitantes de la región para que limiten su movilidad, ante la imposibilidad de prohibir los desplazamientos por falta de competencias.
Las condiciones en las que viven los temporeros más vulnerables que participan en la agricultura, han advertido CCOO y UGT, son un factor de riesgo que puede contribuir a que se produzcan brotes.
El departamento de Salud catalán informó ayer del aislamiento de 42 personas en el Hotel Rambla de Lleida, la mayoría de ellos temporeros, con siete positivos; y de 24 contagios también entre temporeros en la granja escuela La Manreana de Juneda, 2 de ellos confinados en un albergue.
No cejan tampoco los casos en los centros de mayores, como el brote registrado en la residencia privada Castrillón de Lleida, donde ayer se contabilizaban 13 residentes y 5 trabajadores con resultado positivo en la prueba de la COVID-19.
Mientras, el Gobierno de Castilla y León da por controlado el brote detectado en el Hospital Río Hortega, aunque siguen goteando los positivos; y las autoridades sanitarias andaluzas se muestran tranquilas ante los tres focos localizados en los últimos días en Granada, Algeciras (Cádiz) y Málaga, con cerca de cien personas en cuarentena.
«Se ha localizado de manera rápida a las personas que tenían el virus, se ha hecho PCR a todos y por tanto se ha detectado quien ha dado positivo y quien no», ha explicado Juanma Moreno.
El último foco localizado en la comunidad ha sido el de Málaga, en el Centro de Acogida, Emergencia y Derivación de Cruz Roja.
En Extremadura, la alcaldesa de Navalmoral de la Mata (Cáceres), Raquel Medina, ha llamado también a la tranquilidad a la población ante los 16 casos positivos de la COVID-19 detectados, en un «agrupamiento de convivientes», todos ellos con síntomas leves y que permanecen aislados en dos domicilios.
En el País Vasco, controlados los brotes detectados en los hospitales de Txagorritxu (Vitoria) y Basurto (Bilbao) y en la residencia de la congregación de las Siervas de Jesús de la capital vizcaína, el Departamento de Salud ha informado este miércoles de un nuevo caso en el foco localizado en la localidad guipuzcoana de Orio.
Según fuentes de ese departamento, el brote surgió en un contexto de relaciones familiares y sociales y ya hay nueve personas contagiadas.
También tres positivos en una misma familia hicieron activar las alarmas del departamento de Salud Pública valenciano, que tras ampliar el proceso de detección al entorno laboral de los contagiados en una industria cárnica de Rafelbunyol (Valencia) ha terminado constatando la infección de otros cuatro, con lo que el brote asciende a siete.
Entre los brotes de origen importado están los de Galicia -se atribuye su inicio a una persona que regresó a la comunidad desde Brasil- y Murcia -vinculado a tres ciudadanos bolivianos residentes en la Región que aterrizaron en Barajas el 3 de julio.
Los positivos en este último foco, situado en Cartagena y Murcia, ascienden ya a 19, dos más que ayer martes, según el último parte de las autoridades sanitarias. Están sometidos a seguimiento al igual que los 60 contactos estrechos localizados, que se encuentran en cuarentena.
En Galicia, mientras tanto, se ha investigado ya a un centenar de personas en el brote localizado en la comarca del Barbanza, con nueve positivos en Ribeira y A Pobra en aislamiento domiciliario.
Fuerteventura también aisló a 25 inmigrantes que dieron positivo tras llegar a la isla en dos lanchas neumáticas procedentes de El Aaiún, en el Sáhara.