Bruselas está trabajando en una armonización de los reglamentos de circulación en toda Europa, con mecanismos para que los conductores tengan que hacer frente a las multas y retiradas de carnet, independientemente de su país de origen. Esta medida busca acabar con los vacíos legales que permiten a algunos infractores eludir sanciones al cruzar fronteras dentro del espacio comunitario.
La Comisión Europea lleva tiempo mostrando su preocupación por el estancamiento en la reducción de la mortalidad en carretera, un objetivo que lleva años persiguiendo sin éxito. Con el fin de revertir esta tendencia, Bruselas está desplegando nuevas herramientas legislativas, entre ellas un proyecto para reformar las inspecciones técnicas de vehículos (ITV) en todos los Estados miembro.
Una de las piezas clave de esta estrategia es la implantación de una revisión obligatoria anual para todos los coches, sin importar el país de matriculación. Esto supondría un cambio notable en naciones como Alemania, donde actualmente muchos vehículos con más de diez años no están obligados a pasar la ITV todos los años. Este punto ha generado ya cierta polémica, y algunas asociaciones de automovilistas germanas han mostrado su oposición a la iniciativa.
Además de establecer una periodicidad mínima uniforme, la propuesta europea incluye una revisión integral del contenido y la exigencia de las pruebas. En materia medioambiental, se introducirían nuevos controles para medir contaminantes hasta ahora poco regulados, como las micropartículas generadas por el desgaste de frenos y neumáticos, y se endurecerían los límites permitidos de óxidos de nitrógeno (NOx).
En el terreno de la seguridad vial, se pretende reforzar la inspección de componentes clave y extender los controles a los vehículos eléctricos, cuyas peculiaridades aún no están plenamente contempladas en las normativas vigentes. Además, la nueva legislación impulsará la creación de una base de datos paneuropea que permita consultar el historial kilométrico de cualquier coche, evitando fraudes en la compraventa de vehículos de segunda mano.
Otra de las grandes novedades será la validez transnacional de la ITV: una vez superada la revisión en un país comunitario, esta tendría reconocimiento automático en el resto, gracias a la digitalización y homogeneización de los documentos.
La reforma también traerá consigo un incremento en el coste del servicio, debido al aumento de los requisitos técnicos y al equipamiento necesario para las nuevas pruebas. En algunos países, se estima que el precio anual podría alcanzar los 150 euros, similar a las tarifas actuales en Alemania.