Los delitos sexuales en España siguen una preocupante tendencia al alza, con Cataluña como el epicentro del incremento. En los primeros nueve meses de 2024, las violaciones en esta comunidad se han triplicado en cinco años, pasando de 419 casos en 2019 a 1.280 este año, lo que representa el 32,4% del total nacional (3.944). Además, esta región registra la cifra más alta de agresiones sexuales, con 3.304 denuncias, muy por encima de otras comunidades como Andalucía (2.389) o Madrid (2.260).
El análisis por cada 100.000 habitantes revela cifras igualmente alarmantes. Cataluña cuenta con una tasa de 16,5 violaciones por cada 100.000 personas, el doble de la media nacional (8,3) y muy por delante del País Vasco (10,4). En cuanto a delitos contra la libertad sexual en general, Baleares lidera con una tasa de 62,5, seguida de Navarra con 52,9. En estas regiones, factores como el turismo, la inmigración y la mayor disposición de las víctimas a denunciar suelen señalarse como posibles explicaciones.
El balance histórico en Cataluña refleja un ascenso sostenido, con algunas variaciones durante la pandemia debido a las restricciones de movilidad. En 2019, se registraron 557 violaciones, cifra que cayó a 387 en 2020 y subió a 608 en 2021. Sin embargo, el repunte fue drástico en 2022 con 1.184 denuncias, y desde entonces los casos han continuado aumentando, alcanzando 1.588 en 2023 y 1.280 en los tres primeros trimestres de 2024.
En el ámbito nacional, 16.010 delitos sexuales se denunciaron hasta septiembre de 2024, un incremento del 6,1% respecto al año anterior. Las violaciones, en particular, crecieron un 6,6%, con Cataluña liderando el ranking, seguida de otras regiones que también presentan aumentos significativos, como Extremadura (30,9% más) y la Comunidad Valenciana (20% más). Por otro lado, algunas comunidades, como Navarra (-19,7%) y Galicia, registraron descensos en este tipo de delitos.
La Fiscalía de Barcelona ha alertado del preocupante aumento de delitos sexuales cometidos por menores, vinculándolo al acceso temprano a la pornografía violenta y el uso irresponsable de redes sociales. Este fenómeno añade una nueva capa de complejidad al ya crítico panorama.
Aunque las cifras muestran un aumento generalizado, el techo del problema se encuentra en Cataluña, donde factores como la densidad de zonas de ocio, la alta concentración de población —principalmente de origen musulmán— y las tasas de criminalidad elevadas configuran un escenario especialmente grave. Las estadísticas subrayan la urgencia de políticas efectivas para abordar un problema que afecta profundamente a las víctimas y a la sociedad en su conjunto.