Un grupo de católicos ha organizado una concentración frente a la sede de la Conferencia Episcopal para protestar por la «complicidad» de los obispos ante la desacralización del Valle de los Caídos. La protesta ha buscado denunciar el silencio de la jerarquía católica frente a las actuaciones del Gobierno en el recinto religioso.
Bajo el título «Manifiesto de los católicos españoles en defensa de la basílica del Valle de los Caídos«, los convocantes exigen a los obispos que hagan valer su autoridad espiritual ante una profanación de un lugar sagrado, declarado basílica menor por la Santa Sede en 1960. Recuerdan además que, según el Acuerdo Iglesia-Estado de 1979, ninguna intervención civil puede llevarse a cabo en templos sin consentimiento eclesiástico, subrayando así la inviolabilidad del recinto.
El manifiesto cita expresamente el decreto de elevación a basílica menor firmado por el Papa Juan XXIII, en el que se declaraba que cualquier actuación contraria a lo establecido carecería de «valor y efecto». Los organizadores reclaman que los obispos, así como el Secretario de Estado del Vaticano, defiendan públicamente la naturaleza sagrada del lugar y rechacen cualquier medida que atente contra su condición de templo católico.
En su texto, subrayan que la basílica del Valle de los Caídos no sólo tiene valor religioso, sino también simbólico, como espacio de reconciliación entre los españoles. «Lo que allí se plantea es una profanación y, por tanto, lo único que cabe es ejercer la autoridad que les ha sido conferida para defender la integridad del lugar», afirman.
Asimismo, los convocantes citan al prior del Valle, fray Santiago Cantera, y hacen suyas sus palabras: «Es preferible una Iglesia mártir que una Iglesia connivente con el Mal por temor a perder un bienestar temporal. A medio y largo plazo, la Iglesia que finalmente pervivirá será la primera».