«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
El Gobierno ha decretado el olvido del golpe a la unidad nacional

Cinco años de la sentencia del golpe separatista: indultos, fin del delito de sedición y una amnistía a cambio de que Sánchez siga en La Moncloa

El presidente del Gobierno, Pedro SáncheZ. Europa Press

La sentencia del golpe separatista por la que el Tribunal Supremo condenó al exvicepresidente catalán Oriol Junqueras y otros tres exconsejeros por sedición y malversación cumple cinco años, con todos en libertad tras los indultos de 2021, con las condenas modificadas por la derogación de la sedición y con la mirada puesta en la aplicación de una amnistía que olvida una década de proceso separatista catalán para que Pedro Sánchez pueda seguir en La Moncloa.

Siete magistrados de la Sala de lo Penal, con Manuel Marchena como presidente, dictaron la resolución de casi 500 páginas tras cuatro meses de juicio y 52 sesiones en las que escucharon a los 12 acusados, 422 testigos —entre políticos, guardias civiles, policías, mossos, etc— y una docena de peritos.

El juicio, que fue televisado, se extendió desde el 12 de febrero hasta el 12 de junio de 2019 y giró en torno al grado de violencia golpe: ¿Fue sedición o rebelión? La Fiscalía apostó por la segunda opción y llegó a hablar de «golpe de Estado». La Abogacía del Estado, que en un principio abrazó dicha tesis, finalmente desistió y se agarró a la sedición. VOX, como acusación popular, se quedó con la rebelión.

Junqueras, que estuvo en prisión provisional durante el juicio como otros ocho procesados, fue el primero en declarar. Lo hizo el 14 de febrero y se negó a contestar a la Fiscalía, la Abogacía del Estado y VOX; solo respondió a su abogado, en castellano. Subrayó que estaba en un «juicio político» que le causaba «indefensión», defendió el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 y aseguró que no hubo alzamientos violentos.

Las condenas

Cuatro meses después del «visto para sentencia», el 14 de octubre de 2019, llegó la sentencia. El tribunal, por unanimidad, descartó la rebelión y confirmó la sedición.

El TS condenó a Junqueras a 13 años de prisión e inhabilitación. A los exconsejeros Raül Romeva, Jordi Turull y Dolors Bassa les impuso penas de 12 años de cárcel e inhabilitación. En los cuatro casos, aplicó el delito de sedición en concurso medial con un delito de malversación agravado.

Por su parte, condenó por sedición a: la expresidenta del Parlamento catalán Carme Forcadell, a 11 años y medio de prisión e inhabilitación; a los exconsejeros Joaquim Forn y Josep Rull, a 10 años y medio de cárcel e inhabilitación; y al expresidente de Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sánchez y al exlíder de Òmnium Jordi Cuixart, a 9 años de prisión e inhabilitación.

Por desobediencia condenó a los exconsejeros Santiago Vila, Meritxell Borràs y Carles Mundó. Les impuso multa de 60.000 euros e inhabilitación de un año y ocho meses.

El Supremo dio por probada la existencia de violencia, pero concluyó que no bastaba con meros «episodios» para fijar que fue rebelión.

Los magistrados explicaron que era necesario un riesgo «real» de la declaración de independencia «y no una mera ensoñación» o «un artificioso engañoso creado para movilizar a unos ciudadanos que creyeron estar asistiendo al acto histórico de fundación de la república catalana y, en realidad, habían sido llamados» como parte de una estrategia de «presión política que los acusados pretendían ejercer sobre el Gobierno».

Ese mismo día, a raíz de la sentencia, el instructor del golpe dictó la euroorden contra el expresidente catalán Carles Puigdemont –que permanece fugado– por delitos de sedición y malversación.

El ‘Tsunami’ después de la sentencia

El fallo fue recibido con protestas convocadas por las asociaciones secesionistas Òmnium Cultural y ANC que llevaron a los antidisturbios de los Mossos a proteger la zona de la Delegación del Gobierno en Cataluña. Ese día también se registraron disturbios orquestados por ‘Tsunami Democràtic’ en el aeropuerto de El Prat. Estos hechos se investigaron en la Audiencia Nacional hasta julio de 2024, cuando el juez Manuel García Castellón archivó la causa porque la Sala de lo Penal invalidó todas las diligencias de investigación acordadas desde julio de 2021.

Los indultos y las excarcelaciones

Junqueras y los otros ocho condenados a penas de cárcel empezaron a salir en 2020, ya que se les computó el tiempo que pasaron en prisión preventiva desde 2017. El 22 de junio de 2021, el Gobierno les concedió el indulto.

La entonces ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, explicó que era una «medida de gracia» recogida en la Constitución. Al día siguiente, los nueve condenados salieron de la cárcel. Aunque el indulto perdonó sus penas de prisión, quedaron vigentes sus inhabilitaciones.

Derogación del delito de sedición

Un año y medio después, el 12 de enero de 2023, un cambio legislativo alteró la situación penal de los condenados del golpe. La entrada en vigor de una reforma impulsada por el Gobierno y ERC eliminó el delito de sedición y modificó el de malversación. Un mes después, el Supremo tuvo que revisar la sentencia.

Los mismos ocho magistrados del juicio acordaron condenar a Junqueras por un delito de desobediencia —para sustituir la sedición— en concurso real con malversación agravada. Y mantuvieron la pena de 13 años de inhabilitación que tenía, por lo que no puede aspirar a ningún cargo público hasta 2031.

El TS defendió no rebajar la malversación agravada al considerar que «nunca podrá entenderse que se trató de una actuación ausente de ánimo de lucro». En el caso de Sànchez y Cuixart, cambió la sedición por desórdenes públicos. Y para Forcadell, Rull y Forn optó por la desobediencia. Estas modificaciones conllevaron la extinción total de sus penas de inhabilitación.

La amnistía a cambio de seguir en La Moncloa

Tras esta revisión, otro cambio legislativo entró en el escenario. Antes de acabar 2023, el PSOE presentó ante el Congreso una iniciativa para amnistiar el golpe a cambio de los votos de Junts en la investidura de Pedro Sánchez. Tras meses de negociaciones y revisiones, la ley salió de las Cortes Generales el 30 de mayo de 2024. El 11 de junio entró en vigor.

Desde entonces más de 100 personas han sido amnistiadas. La lista no incluye a los condenados del golpe, toda vez que el Supremo concluyó que no se les puede amnistiar la malversación porque en sus casos «medió un beneficio personal de carácter patrimonial».

Al margen, el Supremo consultó al Tribunal Constitucional por el caso de dos manifestantes condenados por desórdenes públicos. Los magistrados dijeron tener la «absoluta convicción» de que la norma vulnera «al menos» el derecho de igualdad y el principio de seguridad jurídica. El TC tiene sobre la mesa esta cuestión de inconstitucionalidad y otras tres, además de 16 recursos; todos sobre la ley de amnistía.

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