La Audiencia Provincial de Málaga, con sede en Melilla, ha impuesto una condena de 11 años de prisión a un hombre de nacionalidad marroquí por un delito de agresión sexual contra una compatriota. El acusado, en situación irregular en Melilla, fue declarado culpable por unos hechos ocurridos la noche del 3 de noviembre de 2022 en un garaje de un edificio abandonado, donde solía pasar las noches.
Según consta en la sentencia, la víctima, nacida en 1988, y el acusado, nacido en 1998, se conocieron a través de un amigo en común. La noche de los hechos, ambos estaban compartiendo cervezas en el parque Hernández junto al intermediario. Fue el condenado quien propuso continuar la reunión en el garaje donde pernoctaba. Una vez allí, el acusado envió al tercer hombre a comprar hachís, dejando a la víctima sola con él.
En el garaje, el hombre inmovilizó a la mujer, le bajó el pantalón y la sometió a múltiples agresiones sexuales. Según el relato judicial, la víctima intentó defenderse golpeándole con una botella y gritando, pero no logró evitar que el hombre la agrediera tanto vaginal como analmente. Posteriormente, el condenado la abofeteó antes de huir del lugar.
El caso fue ratificado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que desestimó los recursos presentados por la defensa, los cuales alegaban errores en la valoración de las pruebas y vulneración del derecho a la presunción de inocencia. La fiscalía defendió la condena, argumentando que el testimonio de la víctima cumplía con los criterios de credibilidad y estaba respaldado por pruebas forenses concluyentes.
El análisis genético realizado por el Instituto Nacional de Toxicología confirmó la presencia de material biológico del acusado en las muestras tomadas de la víctima, con una probabilidad superior a 4 quintillones de veces frente a cualquier otra persona. Este informe, junto con el examen médico, que detectó dolor perianal y síntomas de ansiedad, resultó determinante para la sentencia.
Desde su detención el 4 de noviembre de 2022, el hombre ha permanecido en prisión provisional. La víctima, por su parte, continúa padeciendo graves secuelas psicológicas, como episodios de estrés postraumático y ansiedad incapacitante, derivadas de la agresión sufrida. La sentencia pone fin a un caso que ha generado gran impacto y subraya la importancia del análisis forense y del testimonio de la víctima en la búsqueda de justicia.