El inmigrante marroquí que asesinó a José Miguel Castillo Higueras, ex concejal socialista de Granada, ha sido condenado a 24 años de prisión por la Audiencia de Granada. Yassine B., de 19 años en el momento de los hechos, atacó brutalmente a la víctima en dos ocasiones en un lapso de 15 minutos durante la mañana del 23 de enero de 2022. El primer golpe lo dejó aturdido, y el segundo, un puñetazo, acabó con su vida.
El tribunal lo ha sentenciado a 20 años por asesinato y a dos años adicionales por cada uno de los dos robos con violencia que cometiera contra el ex edil. Además, el condenado deberá indemnizar con 20.000 euros a cada uno de los hermanos de Castillo Higueras. La decisión judicial desestimó la petición de prisión permanente revisable solicitada tanto por la Fiscalía como por la acusación particular, al considerar que la edad de la víctima no constituía una vulnerabilidad especial que justificara la máxima pena, ya que la propia familia del fallecido aseguró que gozaba de buena salud y plenas facultades.
Según la sentencia, Castillo Higueras salió de su casa alrededor de las 7.40 de la mañana, como era habitual, y se encontró con su agresor en la calle San Antón. Allí, Yassine B. le propinó el primer puñetazo en el rostro, haciéndolo caer al suelo para robarle su bolso bandolera. A pesar de la agresión, la víctima fue auxiliada por varios transeúntes, incluyendo al propio asaltante, quien ayudó a levantarlo sin ser reconocido. Castillo Higueras continuó su camino hasta que, 15 minutos después, el joven lo persiguió hasta la calle Padre Alcover, donde le asestó un segundo golpe que provocó su caída fatal.
Las cámaras de seguridad de un hotel cercano captaron la agresión definitiva, que permitió a los investigadores reconstruir los hechos. El acusado fue detenido dos meses más tarde en una vivienda okupada en el barrio del Realejo, en Granada. Yassine B. contaba con antecedentes por robos y lesiones.
Durante el juicio celebrado en enero, el procesado alegó que se encontró con el ex concejal porque «parecía borracho» y que intentó ayudarlo a incorporarse. También afirmó que la víctima le «debía dinero», aunque admitió no conocerlo personalmente, y declaró ser consumidor de drogas, pero «incapaz de matar a nadie».