«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Cuando Susana Díaz criticaba a quienes asediaban parlamentos

¿Se imaginan que el Partido Popular hubiese llamado a rodear el Congreso o a manifestaciones masivas a lo largo y ancho del país el día en que prosperó la moción de censura contra Rajoy?

Portavoces feministas han negado que la movilización celebrada frente al Parlamento andaluz sea un escrache contra la investidura de Juanma Moreno como primer presidente no socialista de la Junta de Andalucía y han amenazado con que es «el primer día de muchos en los que nos van a tener en la calle».

El Partido Socialista ha sido el principal instigador de estas movilizaciones, fletando incluso autobuses desde las diferentes provincias para hacer más ruido. Es la primera vez que otra formación es capaz de derribar las inquebrantables puertas del cortijo socialista, algo que los de Susana Díaz no están dispuestos a perdonar.

Mario Jiménez, portavoz parlamentario del PSOE, ha calificado de «normal» que «la gente reaccione pacíficamente en defensa de lo conquistado durante estos años» y proteste contra las «fuerzas políticas dispuestas a poner en almoneda los derechos y la seguridad de las mujeres».

Acompañado de un grupo de diputados socialistas, Jiménez ha saludado a las manifestantes, aunque algunas de ellas lo han recibido con gritos de «fuera, fuera» y han recriminado la utilización partidista de esta movilización.

Nadie rodeó el Parlamento cuando salió a la luz el escándalo de los ERE, el gasto del dinero de los cursos de formación en cocaína o prostíbulos, ni por las escandalosas tasas de paro o de subdesarrollo, por el fracaso escolar… Pero que se ventilen los despachos de la Junta es una situación lo suficientemente grave para concentrarse.

Normalmente era la izquierda más radical quien azuzaba las calles y no aceptaba los resultados electorales. Ahora, el PSOE ‘podemizado’ de Sánchez -e incluso el de Díaz- se ha sumado a esta moda de no respetar lo que los ciudadanos deciden.

Del 15-M a rodear el Congreso

El 15 de mayo de 2011 se abrió la veda. La izquierda se echó a la calle a una semana de unas elecciones autonómicas y municipales que teñirían de azul el mapa electoral de España. Unos meses después, tras el adelanto electoral decretado por Zapatero, Mariano Rajoy conseguía una mayoría absolutísima que dejaba a los socialistas en los peores datos de su historia -hasta la posterior llegada de Pedro Sánchez-.

Las encuestas anticipaban la apuesta decidida del país por desalojar a la izquierda de las instituciones e intentar revertir algunas de sus nefastas políticas socio-económicas. Pero los sectores más radicales no estaban por la labor de permitirlo, y optaron por tomar las calles.

Esta situación se fue repitiendo en varias ocasiones durante el año 2012. Unas movilizaciones ahora ya capitaneadas y dirigidas por líderes de Podemos, formación que ha dado cobijo a los sectores más radicales de la izquierda. Desde el ‘Rodea el Congreso’ hasta el ‘Asedia el Congreso’ o la encendida huelga general, la calle se convirtió en un auténtico polvorín.

Y Susana Díaz lo criticaba

‘’No comparto actitudes de Podemos como llamar a los ciudadanos a rodear el Congreso para influir en la voluntad de los representantes políticos en la Cámara. No comparto afirmaciones de Podemos que sólo consideran que las instituciones valen cuando están ellos’’. Son palabras de Susana Díaz en noviembre de 2017, quien ahora fleta autobuses para influir en la voluntad de los representantes políticos.

Muchos han sido los políticos que han sufrido duros escraches, como Cristina Cifuentes, Alberto Ruíz-Gallardón o Soraya Sáenz de Santamaría. Estas actitudes violentas se trasladaron también a las puertas de los ayuntamientos tras las municipales de 2015. Así denunciaba Begoña Villacís la actitud de quienes se congregaron a las puertas del consistorio madrileño para celebrar el ascenso al poder de Manuela Carmena:

Y en la última sesión de investidura de Mariano Rajoy, cuando logró repetir mandato en 2016 tras la repetición electoral. Tenía razón Susana Díaz en aquello de que Podemos considera que las ‘’instituciones valen cuando están ellos’’. Una afirmación que bien podría aplicarse hoy a su partido, que ha extendido las protestas y concentraciones a las principales ciudades españolas.

¿Se imaginan que el Partido Popular hubiese llamado a rodear el Congreso o a manifestaciones masivas a lo largo y ancho del país el día en que prosperó la moción de censura contra Rajoy? Entonces, ¿quién es el fascista?

TEMAS |
+ en
Fondo newsletter