En la manifestación celebrada en Valencia contra el presidente de la Generalidad Valenciana, Carlos Mazón, por la gestión del Gobierno autonómico tras el temporal, se han registrado distintos disturbios que han dejado a 31 policías heridos y cuatro personas detenidas. Según los datos de la Delegación del Gobierno, alrededor de 130.000 personas participaron en la protesta.
En este sentido, lo que comenzó como una manifestación pacífica, se transformó rápidamente en una escena de disturbios. Mientras la cabecera de la marcha intentaba avanzar por un centro histórico abarrotado, un grupo de manifestantes en la parte trasera intentó asaltar el Ayuntamiento, según fuentes policiales. Los atacantes provocaron un incendio en la puerta principal, justo bajo el balcón del edificio, mientras cientos de personas dejaban marcas de barro o de pintura roja, simulando sangre, en las paredes.
Posteriormente, la tensión de la manifestación se trasladó a la Plaza de la Virgen, donde dos grupos de manifestantes radicales rodearon a varios agentes de policía. En ese momento, se lanzaron sillas de las terrazas, y un grupo de manifestantes trató de avanzar por la calle Navellós para acceder al Parlamento Valenciano. Sin embargo, un extenso despliegue policial bloqueó el acceso, evitando que alcanzaran el edificio.
Finalmente, el momento más crítico de los disturbios en Valencia se vivió en la calle Micalet, donde manifestantes radicales lanzaron contenedores en llamas contra los policías. Asimismo, tiraron piedras, latas de cerveza, botellas y vallas, estas últimas utilizadas por los manifestantes como barricadas.