Cinco solicitantes de asilo de origen marroquí han huido la noche de ayer martes de una sala de acogida del aeropuerto de Barajas a través de un agujero que encontraron en el techo. Cuatro de ellos siguen en paradero desconocido, mientras que uno ya ha sido detenido por las autoridades. La fuga se produjo cuando los hombres escalaron hasta la azotea, donde lograron desaparecer —salvo uno que fue interceptado más tarde—. La Policía Nacional continúa en la búsqueda de los otros cuatro individuos.
Fuentes sindicales han expresado su preocupación señalando que esta situación pone de manifiesto la precariedad de las infraestructuras proporcionadas por AENA, el operador del aeropuerto, para la custodia de los solicitantes de asilo. Han criticado que dichas estructuras son «insuficientes e inseguras», y subrayaron la falta de medidas de seguridad adecuadas. Aseguran que trabajar en estas condiciones pone en riesgo la seguridad, especialmente al desconocerse el paradero de los fugados, quienes podrían representar un «riesgo crítico» dentro de un espacio tan delicado como el aeropuerto.
La posibilidad de que los individuos accedan a áreas sensibles, como las pistas de aterrizaje, ha generado especial alarma, según confirmaron fuentes tanto del Ministerio del Interior como sindicales. Advierten de las posibles consecuencias que un incidente de esta naturaleza podría acarrear para la seguridad aeroportuaria.
Desde hace semanas, un grupo de saharauis llegados desde Marruecos espera en Barajas la resolución de sus solicitudes de asilo o su deportación. Según cifras del Ministerio del Interior, alrededor de 70 personas se encuentran retenidas en estas instalaciones, algunas de las cuales iniciaron huelgas de hambre para protestar por su situación. En varias de las salas del aeropuerto, se distribuyen los solicitantes: la sala 3 alberga a 46 personas en espera de asilo y 27 ciudadanos no admitidos, mientras que la sala 1, habilitada de forma temporal por la saturación, acoge a 18 menores y 52 mujeres. La sala 4, por su parte, tiene 78 retenidos.
El lunes pasado, las autoridades intentaron deportar a un grupo de 35 saharauis, pero algunos se resistieron a embarcar, permaneciendo en las instalaciones del aeropuerto. Diversas organizaciones humanitarias han denunciado en repetidas ocasiones las condiciones de hacinamiento e inseguridad en las que se encuentran los solicitantes de asilo mientras se procesan sus solicitudes.