«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Denuncia el intento de «arrancarles la vocación»

El discurso de un policía que retrata a Marlaska: «¿Por qué no quieren acabar con el mal y sí destrozar al bien? Alguna vez esto debe cambiar»

Agente de la Policía Nacional. Red social X

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, estuvo presente este martes en la entrega de los Premios de Periodismo y Valores Humanos 2024 que concede la Fundación Policía Española y que tuvo lugar en el Palacio de Congresos de Sevilla.

Uno de los agentes premiados denunció su gestión y la falta de «pulsión» por la seguridad. «Somos Iván y Samuel, no somos personas sublimes ni extraordinarias ni pretendemos serlo. Pero sí somos policías nacionales (…). No me digan que no es extraordinario ser el mismo día asesino, racista, marioneta del poder, abusador, y de repente héroe. Desear ser policía es inexplicable, una pulsión profunda, diminuta, del tamaño de una ceniza…», señaló en el inicio de su discurso.

Así, denunció el intento de «arrancarles la vocación» cuando «un desalmado sobrepasa con su lancha de mayor potencia a la barquichuela de seis guardias civiles, cuando los narcos embisten sin miramientos el Z de otros compañeros que les impiden la huida, cuando un hombre o mujer intenta abrir la cabeza con un hacha a un policía, o con un cuchillo o un palo (…) y no pasa nada. Nada cambia. Más bien se idea la forma de quitarnos más autoridad para dársela al criminal. ¿Por qué no quieren acabar con el mal y sí destrozar al bien?«.

«El caso es que ser destrozados a nosotros nos da igual. Lo que nos molesta y nos hace enfadar es que la okupa haga la vida imposible a nuestra madre, que el miserable saque una navaja a nuestra hija para llevarse su móvil cunado sale de fiesta, o el canalla sin escrúpulos golpea a nuestro abuelo por la nuca para llevarse su pensión», agregó.

«No sólo en la Policía, en los demás oficios, sobre todo en aquellos que refieren un servicio público, como determinadas autoridades, debería existir esa pulsión, esa vocación en materia de seguridad. Y yo me pregunto por qué a veces nos da la sensación de que no la hay». «Alguna vez esto debe cambiar», declaró, al tiempo que pidió «levantar la voz en la calles y una ley fuerte que proteja al bien y estruje del cuello al mal, y no al revés». «Apóyenos con todos los medios, déjenos trabajar y siéntanse orgullosos», concluyó en referencia al ministro, antes de lanzar un viva a la Policía, al Rey y a España.

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