Una operación conjunta de la Policía Nacional y la Policía Foral ha culminado esta semana con la detención de cinco individuos, todos inmigrantes ilegales de nacionalidad marroquí y argelina, acusados de formar un grupo criminal dedicado a actividades delictivas en el Casco Viejo de Pamplona. Según fuentes policiales, los arrestados, liderados por dos hermanos, operaban desde un local en la calle Descalzos y acumulan más de 200 antecedentes por delitos graves, incluyendo peleas multitudinarias con armas blancas, robos con violencia, agresiones sexuales, tráfico de drogas y coacciones.
Fuentes de la Policía Nacional destacan que uno de los detenidos, identificado como el cabecilla principal, es considerado un delincuente «extremadamente peligroso». Este individuo, de origen argelino, cuenta con un extenso historial delictivo que abarca desde agresiones sexuales hasta robos violentos y enfrentamientos armados. «Su capacidad para intimidar y controlar a otros miembros del grupo, así como a comerciantes y vecinos de la zona, generaba un clima de temor constante», aseguraron las fuentes policiales.
La investigación, que comenzó en 2021 bajo el nombre de operación «Karpi», reveló que el grupo se dedicaba a actividades ilícitas como el tráfico de drogas, hurtos, robos con intimidación y agresiones, principalmente en el entorno del Casco Viejo. Según fuentes de la Policía Foral, los detenidos utilizaban la violencia para mantener el control territorial y extorsionar a otros inmigrantes y negocios locales, especialmente bares y comercios, que denunciaron reiterados episodios de amenazas y altercados.
El operativo, que involucró a más de 50 agentes, se llevó a cabo el pasado martes en varios barrios de Pamplona, incluyendo Rochapea, Casco Viejo, Etxabakoitz y la Milagrosa, donde residían los sospechosos. La juez del Juzgado de Instrucción nº 2 de Pamplona ordenó el ingreso en prisión provisional de tres de los detenidos, incluyendo a los dos hermanos líderes, mientras que los otros dos quedaron en libertad provisional con órdenes de alejamiento de siete establecimientos hosteleros del centro de la ciudad.
Fuentes policiales subrayaron la gravedad de los hechos, señalando que los enfrentamientos armados protagonizados por el grupo, como los ocurridos en abril en la calle Descalzos y en el barrio de Echavacoiz, generaron una fuerte alarma social. «Estos individuos actuaban de forma coordinada, incrementando la peligrosidad de sus acciones», indicaron desde la Policía Nacional, destacando que las detenciones han permitido aliviar la sensación de inseguridad en la zona.
La operación sigue abierta, y las autoridades no descartan nuevas detenciones, ya que el grupo podría estar vinculado a otras redes delictivas en la región. Las fuentes consultadas enfatizan que la colaboración entre cuerpos policiales y la respuesta judicial han sido clave para desmantelar esta estructura criminal, que llevaba años operando impunemente en Pamplona.