«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
«Estamos trabajando sólo para los magrebíes»

Pamplona, desbordada por la delincuencia de inmigrantes ilegales magrebíes: «Todos son reincidentes, vuelven a las calles en horas»

Policía Municipal de Pamplona. Europa Press

La comunidad foral, con Pamplona a la cabeza, enfrenta una escalada de delincuencia impulsada, según fuentes policiales, por la inmigración ilegal de origen magrebí, principalmente argelinos y marroquíes. Este fenómeno está desbordando a la Policía Municipal y la Policía Foral, que luchan contra un alarmante aumento de delitos que amenazan la seguridad ciudadana. «Estamos trabajando sólo para los magrebíes», sentencia un agente consultado por LA GACETA, reflejando cómo los hurtos, robos con violencia, agresiones y el tráfico de drogas, en gran medida asociados con inmigrantes ilegales, han sumido a Navarra en una crisis sin precedentes.

Según datos oficiales consultados por LA GACETA, los delitos totales en Navarra han fluctuado en los últimos años. En 2019, se registraron 4.940 condenas, que disminuyeron a 3.686 en 2020 (-25,4%), aumentaron a 4.725 en 2021 (+28,2%), alcanzaron un pico de 5.515 en 2022 (+16,7%) y volvieron a caer a 4.426 en 2023 (-19,7%), acumulando una disminución del 10,4% entre 2019 y 2023. Sin embargo, los delitos cometidos por inmigrantes de origen africano, principalmente magrebíes, han crecido sostenidamente en el mismo periodo. En 2019, hubo 379 condenas, que bajaron a 267 en 2020 (-29,6%), subieron a 395 en 2021 (+47,9%), alcanzaron 530 en 2022 (+34,2%) y se redujeron a 442 en 2023 (-16,6%), lo que supone un aumento acumulado del 16,6% entre 2019 y 2023. 

La proporción de condenas de africanos respecto al total ha crecido alarmantemente: de un 7,7% en 2019 a un 10% en 2023, un incremento considerable en cinco años, evidenciando su creciente peso en la criminalidad de Navarra.

Con una población total de 678.333 habitantes en Navarra —según Nastat—, los 23.000 africanos representan el 3,39% —según INE—. Sin embargo, en 2023, los 442 delitos cometidos por inmigrantes africanos (incluidos los magrebíes y sudafricanos) supusieron el 10% del total (4.426). Esto se traduce en una tasa de 19,2 delitos por cada 1.000 africanos, frente a 6,1 por cada 1.000 no africanos. Así, la tasa de delitos entre inmigrantes de origen africano es 3,15 veces superior a la del resto de la población, un dato que subraya el impacto desproporcionado de esta minoría en la seguridad de Navarra.

En Pamplona, el caos es especialmente visible. Según fuentes policiales, el Casco Antiguo está prácticamente sitiado por estos inmigrantes ilegales. «Zonas del Casco Antiguo están tomadas por magrebíes, la mayoría mayores de edad», revela un agente. Las fuerzas de seguridad dedican turnos enteros a responder «llamadas continuas» por atracos, robos con violencia y agresiones. La reincidencia agrava la crisis: «Todos son reincidentes. La labor de identificación es diaria, pero muchos vuelven a las calles en horas», lamentan, señalando cómo la falta de control migratorio perpetúa la inseguridad.

El tráfico de drogas, motor de esta delincuencia, desata una guerra entre argelinos y marroquíes. «Hay una guerra entre ellos por la droga. Navajazos, enfrentamientos… Es algo que vemos casi a diario”, asegura la fuente policial. Un intento de asesinato en mayo de 2025, perpetrado por un magrebí con 26 antecedentes que hirió gravemente a otro con un arma blanca, es sólo un ejemplo.

La inseguridad se extiende más allá del Casco Antiguo. En las piscinas municipales de Aranzadi y San Jorge, los agentes patrullan desde 2018. «Utilizan todos los servicios públicos gratuitamente, pero generan incidentes», indica un agente. En una zona de huertas (dedicada al cultivo), inmigrantes magrebíes ocuparon invernaderos en condiciones infrahumanas. «Estaban entre ratas. Ese es el problema con los magrebíes jóvenes: muchos no tienen nada que perder», describen.

La crisis en Navarra evidencia las consecuencias de una inmigración sin control. Mientras las fuerzas de seguridad luchan contra esta marea delictiva, los navarros exigen medidas drásticas para frenar la reincidencia y recuperar la seguridad.

+ en
Fondo newsletter