«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La ONG recorrió cientos de millas náuticas para operar cerca de Libia y Túnez

Detienen a tres traficantes egipcios que fueron transportados hasta Italia por la ONG española Salvamento Marítimo Humanitario

Rescate del Aita Mari.

Fuentes de FRONTEX consultadas por LA GACETA han confirmado esta semana la detención de tres traficantes de inmigrantes ilegales a bordo de la nave Aita Mari, de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario, tras el desembarco de 108 inmigrantes ilegales en Salerno el pasado 8 de abril. La presencia de estos criminales en la embarcación pone en entredicho su labor, mientras FRONTEX alerta de que la cercanía de estas organizaciones a las costas libias y tunecinas genera un efecto llamada que enriquece a las mafias. Más grave aún, las autoridades permitieron que la Aita Mari siguiera operando, interceptando a 125 migrantes más entre el 10 y el 14 de abril, desembarcados en Catania.

FRONTEX señala que los tres sospechosos, egipcios de 24, 21 y 40 años, organizaron el traslado de 45 inmigrantes ilegales en una embarcación rescatada por la Aita Mari. Monitorizaciones marítimas realizadas por este medio muestran además que el 4 de abril la embarcación de la ONG española se posicionó a sólo 22.9 millas náuticas (42.4 km) de Ras Ajdir, en la frontera libio-tunecina, interceptando a más de un centenar de inmigrantes ilegales a 75 millas náuticas (138.9 km) de Sfax, Túnez. En lugar de optar por puertos cercanos, la ONG recorrió más de 200 millas náuticas (370.4 km) para llegar a Salerno, una decisión que, según FRONTEX, facilita el negocio de las mafias al garantizar un destino europeo.

Pese a transportar traficantes, la Aita Mari continuó operando en el Mediterráneo Central. Entre el 10 y el 14 de abril, recorrió más de 700 millas náuticas (1.296 km), sumando un total de 900 millas náuticas (1.666,8 km) en sus desplazamientos para operar cerca de Libia y Túnez. En estas operaciones, interceptó a 125 inmigrantes adicionales, desembarcados en Catania. El 12 de abril, la ONG se situó a 35.5 millas náuticas (65.7 km) de Zuara, un núcleo clave del tráfico humano en Libia, y a 40 millas náuticas (74 km) de Trípoli. Ese mismo día, estuvo a 40 millas náuticas (74 km) de Zarzis (Túnez) y el 13 de abril a 75 millas náuticas (138.9 km) de las costas tunecinas de Sfax. Estas aproximaciones, según FRONTEX, refuerzan la percepción de las mafias de que las ONG son un eslabón en su cadena logística.

Recorridos efectuados por la ONG española desde Italia hasta costas libias y tunecinas – Fuente: Vessel Finder – elaboración propia

Por su parte, la Polizia di Stato italiana estima que cada inmigrante ilegal pagó al menos 3.000 euros a los traficantes, un negocio que florece gracias a la presencia de embarcaciones como la Aita Mari cerca de las costas africanas. Asimismo, fuentes de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas critican la permisividad hacia las ONG, que perpetúa un ciclo de explotación. «La cercanía de estas naves a Libia y Túnez es una señal para las mafias: más botes, más ganancias», afirmó un portavoz de FRONTEX a LA GACETA. Una dinámica que aumenta el riesgo de naufragios y fortalece a las redes criminales.

El desembarco en Salerno, complicado por obras portuarias y una visita parlamentaria y el posterior en Catania evidencian la presión sobre los puertos italianos. FRONTEX aboga por revisar el rol de las ONG, priorizando estrategias que desmantelen las mafias y desincentiven las salidas.

+ en
Fondo newsletter