El alto precio del alquiler en el País Vasco está provocando que muchos jóvenes, que ya superan los 30 años, no puedan vivir solos y que, en algunos casos, hayan tenido que volver a casa de sus padres.
El precio medio de los alquileres supera ya los 780 euros y el precio de metro cuadrado en venta asciende a 2.368 euros, según el último informe del Departamento vasco de Vivienda. Así las cosas, los pisos compartidos o el alquiler de habitaciones son las únicas opciones que estos tienen para emanciparse.
Si vivir de alquiler ya es difícil, pensar en comprarse una vivienda es impensable. El principal obstáculo es el de la financiación, ya que los préstamos hipotecarios están en unos tipos de interés que han subido de forma significativa y no permiten augurar una tendencia consolidada a la baja.
«Sobre comprar mejor ni hablamos (…) Es algo que, sin sustento familiar me parece imposible. En mi caso somos cuatro hermanos, por lo que no contamos con ese apoyo», explica Iker Jiménez, un joven que ha tenido que volver a casa de sus padres a los 33 años ante la imposibilidad de asumir un alquiler en solitario, a El Correo.
«Necesitamos viviendas en alquiler, y para ello garantías para los propietarios. El 95% de las viviendas en alquiler en Euskadi pertenecen a particulares y no a grandes fondos de inversión. Y estos necesitan seguridad jurídica«, asegura José Manuel González, presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria al citado diario.
