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LAS CONSECUENCIAS DE LA LEY DE VIOLENCIA DE GÉNERO

El asesinato de la pequeña Olivia: ejemplo de un sistema judicial «perverso para el hombre»

Concentración en la plaza Mayor de Segovia en repulsa al presunto asesinato de Olivia. Europa Press

La muerte de la pequeña Olivia, la niña de 6 años asesinada en Gijón presuntamente a manos de su madre, se ha convertido, en menos de una semana, en un claro ejemplo de un sistema judicial «perverso para el hombre«. Al menos así lo asegura el equipo de abogados del padre de la pequeña, que considera que «a esta muerte ayudó la violencia de género». Olivia, encontrada hace una semana muerta en su domicilio familiar, falleció por una sobredosis de pastillas que triplicaba la cantidad de fármacos que una persona de 20 kilos puede ingerir. Su madre, Noemí Martínez, a quien se había retirado la custodia de la niña en favor del padre dos días antes, fue detenida y se encuentra en prisión preventiva.

Los agentes de la Policía Nacional encontraron la noche del domingo, 30 de octubre, a madre e hija en su vivienda del barrio gijonés de El Llano, tras ser alertados por familiares de la desaparición de ambas. Dos días antes, el viernes, un juez había otorgado al padre de la menor la custodia de la niña. La madre, entonces, envió a su hermano un mensaje en el que decía: «Antes de entregársela a su padre, la mato». Nada se pudo hacer para salvar la vida de la pequeña Olivia, pero su madre, que también había ingerido pastillas, tras ser trasladada al hospital, pasó a Comisaría y de ahí se decretó su prisión provisional.

Noemí Martínez protagonizó la venganza más cruel que se puede tener con una expareja. Hasta ese momento nadie advirtió del riesgo hacia esa niña durante los 5 años de litigio procesal de la separación, con más de una veintena de denuncias cruzadas entre la pareja. Pero cuatro días después de conocerse el trágico suceso, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) -el matrimonio vivía en Segovia antes de trasladarse madre e hija a Gijón- revelaba que ambos progenitores se encontraban inmersos en una serie de procesos penales y civiles, apuntando a que al hombre inicialmente no se le había concedido la custodia porque sobre él pesaba una causa judicial por violencia de género que derivó finalmente en una condena de nueve meses de prisión que no tuvo necesidad de cumplir. El padre de la niña asesinada, sin embargo, asegura que su exmujer puso una serie de denuncias falsas con el propósito de impedir que él se quedara con la custodia de la niña, existiendo varios pronunciamientos de absolución por parte del tribunal.

Eugenio García, padre de Olivia, denunció que al asesinato «contribuyó un sistema judicial imperfecto y una Ley de Violencia de Género que acaba con la presunción de inocencia del varón«. Su equipo de abogados, ante la difusión de la condena sobre su defendido por parte del TSJCyL, medita emprender acciones legales contra el propio Tribunal Superior de Justicia, que obvió «la denuncia registrada ante la Guardia Civil por sustracción de menores por la señora Martínez -madre de la niña- interpuesta por Eugenio García el 10 de enero de 2022», cuando se trasladó por primera vez a vivir a Gijón sin esperar a la autorización judicial.

Lo que se dirime en este caso es el asesinato de una niña de seis años presuntamente a manos de su madre. Sin embargo, el equipo de abogados del padre va más allá y manifiesta que «se demostrará la quiebra del sistema judicial en el ámbito de la violencia de género» y «la connivencia de un sistema judicial en el que pocos jueces se atreven a tomar decisiones que protejan al menor cuando hay la mínima sospecha de maltrato si el favorecido es el padre». Al tiempo, el equipo de abogados defiende al padre de la condena desvelada por el TSJCyL porque «fue un hecho aislado del que García siempre ha demostrado su inocencia hasta tal punto en el que se le concede la guardia y custodia de la niña teniendo conocimiento de estos hechos. Es una condena que se repite todos los días en muchos juzgados de España ante la perversión de que un hombre tenga que acreditar en la intimidad familiar que no ha maltratado a su pareja, pero que su mujer no tenga nada que acreditar».

El equipo de abogados del padre de Olivia es claro y contundente en sus afirmaciones: «Estas son las consecuencias de la Ley de Violencia de Género. Esta perversión se traslada a los procesos de familia en los que por presión política se tiende a velar más por los intereses de la madre que por los derechos de los menores». La gran perjudicada, una vez más, es una criatura inocente: Olivia, de tan sólo seis años. Descanse en Paz.

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