El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, ha vinculado el importante descenso en el número de accidentes laborales mortales en la región con el decisivo incremento en las inversiones en materia de seguridad laboral, que se han triplicado en dos años.
Los buenos resultados «no son fruto de la casualidad», resaltó García-Gallardo, que explicó que en esta legislatura se ha pasado de cinco millones de euros dedicados a la prevención de riesgos laborales (el presupuesto de 2021) a casi 17 millones en 2023, un 240% más. El resultado ha sido una disminución de las muertes laborales un 30% el año pasado, casi el doble que en el conjunto del país, y de los accidentes graves en un 6%, mientras en toda España se reducen tan sólo un 1%.
García-Gallardo ha realizado estas declaraciones en Salas de los Infantes (Burgos), donde se ha desplazado para visitar la fábrica de maderas Kronospan, una empresa líder del sector que lleva cuatro años sin accidentes laborales graves. Posteriormente ha conocido también las instalaciones de PINACAS (Piedras Naturales de Castilla y León), en Quintanar de la Sierra, y de Maderas Chicote, en Canicosa de la Sierra.
Burgos fue la provincia más beneficiada por las ayudas de prevención de riesgos laborales el año pasado. De los casi 17 millones de euros invertidos en 2023, las empresas de la provincia recibieron 2,7 millones, con 116 sociedades beneficiarias.
El vicepresidente ha destacado además que el incremento de la inversión en materia de prevención de riesgos se ha articulado a través de una Estrategia de Seguridad, Salud y Bienestar Laboral, pionera en España y que incluye 100 medidas y seis líneas generales de actuación. La estrategia ha incorporado a sus prioridades extender la prevención de riesgos laborales al mundo rural, y al sector forestal porque las empresas de los pueblos y municipios pequeños son esenciales para fijar empleo.
García-Gallardo resaltó que la reducción en el número de accidentes está relacionada con las nuevas inversiones en maquinaria, con la eliminación de techos frágiles de uralita con amianto, y con la mejora de las condiciones de trabajo, cuestiones que son objeto de líneas de ayuda específicas de la Consejería de Industria.