Los bares y restaurantes que cuenten con estufas de gas en sus terrazas ya están siendo multados en Barcelona. La nueva normativa, que prohíbe el uso de estos calefactores por su impacto ambiental, contempla sanciones de hasta 1.500 euros para los establecimientos que no cumplan con la medida.
Aunque la restricción entró en vigor el pasado 1 de enero, el Ayuntamiento ha tardado casi un mes y medio en hacer efectiva la aplicación de multas. Jordi Valls, concejal del Ensanche de Barcelona, anunció durante la audiencia pública del distrito que la regulación ya ha sido tipificada como infracción grave en el protocolo de inspecciones y que las sanciones comenzaban a aplicarse de inmediato.
El veto a las estufas de gas está amparado por la Ordenanza de Terrazas aprobada en 2018, cuyo objetivo es reducir las emisiones de CO2. Sin embargo, la medida ha sorprendido a algunos hosteleros, que ya habían adquirido o alquilado estos dispositivos para afrontar la temporada de frío.
Como alternativa, la normativa permite el uso de calefactores eléctricos, siempre que su consumo no supere los 150 vatios por metro cuadrado. No obstante, Valls reconoció que la instalación de estos aparatos presenta dificultades técnicas, ya que la conexión a la red eléctrica en muchos casos no está clara y requiere adaptaciones.
El problema del suministro eléctrico no es nuevo. Empresas dedicadas al alquiler de calefactores han manifestado que la potencia necesaria para su funcionamiento suele generar complicaciones, tanto en la infraestructura de los locales como en la regulación para conectar los dispositivos a la red eléctrica.
A pesar de la prohibición, en las primeras semanas del año numerosos hosteleros han seguido utilizando estufas de gas, lo que ha generado quejas de los vecinos del Ensanche. En respuesta, el Ayuntamiento ha intensificado las inspecciones en las terrazas y también en ciertos comercios que, según Valls, «están proliferando en exceso» en el distrito.