«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
como ya ocurrió en 2021

El campo sospecha que el Gobierno no actuará con firmeza para exigir a Marruecos que respete la sentencia del TJUE

Un agricultor recolectando cebollas. ASAJA

El sector hortofrutícola español, en especial el dedicado al cultivo de tomate, ha recibido con alivio la reciente decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que anula los acuerdos comerciales firmados en 2019 entre Marruecos y los países de la Unión Europea, que favorecían la importación de productos agrícolas y pesqueros marroquíes. Sin embargo, persisten dudas sobre la posición del Gobierno español en cuanto a la aplicación efectiva del fallo.

Así lo ha asegurado al diario El Mundo Andrés Góngora, responsable de frutas y hortalizas de COAG: «Desconfiamos de que el ministro de Agricultura, Luis Planas, actúe con firmeza para defender los intereses de los agricultores españoles y exigir a Marruecos que respete la sentencia«.

Este fallo ratifica la decisión de 2021 que ya anulaba parte del acuerdo agrícola entre Marruecos y la UE. Aunque entonces, según recuerda Góngora, el ministro Planas afirmó que se buscaría una solución, finalmente los acuerdos se mantuvieron vigentes mientras se tramitaban recursos. Ahora, el TJUE ha dado un plazo de 12 meses para desmantelar los beneficios comerciales de Marruecos. Góngora considera que este periodo es demasiado largo y afirma que desde el sector trabajarán para intentar acortarlo.

FEPEX (Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas) ha calificado de positiva la sentencia y espera que implique la exclusión definitiva de las producciones del Sáhara Occidental de los beneficios arancelarios. Desde esta federación, se ha denunciado repetidamente la comercialización de productos cultivados en el Sáhara como si fuesen marroquíes, algo que afecta gravemente a los precios de productos como el tomate y los frutos rojos en el mercado español. Según el TJUE, los productos como los tomates cherry y los melones charentais cultivados en el Sáhara deberán indicar su verdadera procedencia, y cualquier etiquetado que los presente como marroquíes será considerado engañoso.

Las cifras reflejan el impacto de las importaciones marroquíes. Según Eurostat, las importaciones de tomate desde Marruecos hacia la UE han aumentado un 42% en la última década, mientras que las exportaciones españolas de tomate han caído un 43% en el mismo periodo. Por otro lado, la importación de frutas y hortalizas desde Marruecos ha crecido un 224% desde 2012, año en que entró en vigor el acuerdo entre la UE y Marruecos. En términos económicos, Marruecos ha pasado de facturar 123 millones de euros en 2012 a casi 900 millones en 2023 por estas exportaciones a España.

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