«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
es el primer partido de Alemania, según los sondeos

El canciller Merz recula y critica ahora los intentos de ilegalizar a AfD

Friedrich Merz. Europa Press

El sistema en Europa está reculando a toda velocidad. Esta semana era Starmer poniéndose duro contra la inmigración ilegal con un tuit que habría llevado a la detención del osado nativo que se hubiera atrevido a publicarlo en redes, y ahora es el flamante nuevo canciller alemán, el democristiano Friedrich Merz, oponiéndose a la ilegalización del partido soberanista Alternativa para Alemania (AfD).

Como hemos contado en estas mismas páginas, los partidos del sistema, que llevan años amagando con ilegalizar un partido que se ha convertido ya en el primero en intención de voto en el país, recibieron recientemente el espaldarazo del servicio alemán de inteligencia con su clasificación de AfD como «partido extremista».

La Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) echó marcha atrás a toda prisa después de que se filtrase el informe en el que basaban su calificación y que el partido les amenazase con llevarla a los tribunales. Y ahora Merz, en declaraciones a Die Zeite, dice que una moción en el Bundestag para ilegalizar el partido no es el camino correcto, afirmando que «suena demasiado a la eliminación de rivales políticos». Añadió que no cree que las pruebas actuales sean suficientes.

Ha ido más allá, asegurando que la exministra del Interior Nancy Faeser, política del SPD con simpatías de extrema izquierda y colaboradora de la revista Antifa, se equivocó al clasificar a AfD como extremista de derecha «confirmada» en el informe de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV). Los críticos señalan que Faeser se apresuró a publicar el informe en el último minuto de su mandato a pesar de que la BfV no tenía presidente y de la falta de una revisión experta, algo que había prometido previamente.

«Es necesario probar que se actúa de forma agresiva y militante contra el orden fundamental, libre y democrático», señala Merz en Die Zeit. «Y la carga de la prueba recae exclusivamente en el Estado. Siempre me he resistido internamente a iniciar procedimientos de prohibición desde el Bundestag. Eso me recuerda demasiado a la eliminación de la competencia política». La campaña para ilegalizar AfD está muerta, del todo.

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