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Pese a que la capacidad es de 500 personas, alrededor de 800 se encuentran en el centro

El Centro de Inmigrantes de Ceuta colapsa ante la avalancha migratoria: «Nos cuesta a los españoles 2,5 millones al mes»

Varios inmigrantes a su salida del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) - Europa Press

El CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) de Ceuta está totalmente desbordado tras la avalancha migratoria proveniente de Marruecos que se ha dado en los últimos días con el beneplácito de Mohamed VI. En estos momentos, pese a que la capacidad es de poco más de 500 personas, alrededor de 800 inmigrantes se encuentran en las instalaciones.

Este sobrecupo implica un costo significativo para las arcas públicas, ya que se estima que cada inmigrante adulto le cuesta al Estado en torno a 90 euros al día, un gasto que incluye servicios de asistencia, higiene y alimentación. En total, el mantenimiento del CETI durante estos días representa un gasto aproximado de 2,5 millones de euros, sin contar los más de 500 menores que también saturan el centro de acogida, con un coste de 70 euros diarios por menor.

Fuentes cercanas a la situación en la frontera con Marruecos han señalado al diario El Debate que esta reciente avalancha de inmigrantes no se debió a un empuje intencional hacia el espigón, como ocurrió durante la crisis migratoria de mayo de 2021, sino más bien a la inacción de las autoridades marroquíes. Estas fuentes explican que la situación se agravó porque los mejanis, auxiliares de la policía marroquí encargados de vigilar las playas, no reforzaron su control. Sin embargo, una vez que Marruecos decidió intensificar la vigilancia, la entrada masiva de inmigrantes se detuvo de inmediato.

El rey de Marruecos, Mohamed VI, había estado de vacaciones en su palacio en la cercana localidad de Rincón hasta hace pocos días. Según las mismas fuentes, mientras el monarca estaba presente, se mantuvo un estricto control en la zona, pero tan pronto como se retiró, las medidas de seguridad se relajaron. Esto coincidió con las condiciones de niebla típicas de agosto, lo que permitió que cientos de personas aprovecharan la oportunidad para lanzarse al mar.

Uno de los inmigrantes, que se identifica como Hammed, logró entrar en Ceuta durante la oleada de la noche del domingo al lunes. Asegura sentirse afortunado, ya que fue su tercer intento. «Quiero una vida mejor», comenta mientras espera en la puerta del CETI de Ceuta. Hammed ahora posee los documentos que lo identifican como solicitante de asilo, lo que le garantiza al menos un mes de estancia bajo la protección de la Administración española mientras se resuelve su situación. La reacción de Marruecos, que reforzó la vigilancia de los tres kilómetros de frontera que separan España de Castillejos, la primera localidad marroquí, fue decisiva para frenar esta oleada migratoria.

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