«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El covid no da tegua en Brasil: mil muertos en un día y el precio de los alimentos se dispara

Trabajadores del cementerio Campo de Esperanza entierra una víctima de covid-19, en Brasilia (Brasil).

Brasil sumó 1.075 muertes por COVID-19 en las últimas 24 horas, con lo que el número de fallecidos superó los 128.000, mientras que el de contagios se acerca a los 4,2 millones de casos, informó este miércoles el Gobierno.

De acuerdo con el más reciente boletín del Ministerio de Salud, el gigante sudamericano registró 35.816 nuevos casos en el último día, y el número de infectados llegó a los 4.197.889.

Con las nuevas cifras de fallecidos, Brasil rompió este miércoles una secuencia de seis jornadas consecutivas de muertes por debajo del millar, aunque todavía evidencia una tímida ralentización de la pandemia en el país.

Los números indican que Brasil empieza a dar las primeras señales de ralentización, más de seis meses después de la confirmación del primer caso, el 26 de febrero, en el país, que vive su proceso de desescalada desde junio.

Según los datos de las autoridades sanitarias, el promedio diario de muertes en los últimos siete días está alrededor de los 700 óbitos, la más baja desde mayo, mientras que la media de casos confirmados de COVID-19 se situó por encima de los 30.000.

Además, el número de recuperados es de 3,45 millones de personas, es decir, más del 80 % de los pacientes afectados por la COVID-19.

Pese a las cifras, Brasil continúa como el segundo país con mayor número de muertes por el coronavirus del mundo, solo por detrás de Estados Unidos, aunque en cantidad de casos confirmados ya se sitúa en la tercera plaza del planeta, después de India.

Esto no ha sido obstáculo para que los brasileños llenen los bares y las playas del país, especialmente en Sao Paulo y Río de Janeiro, dos de las regiones más azotadas por la COVID-19, aunque las recomendaciones de especialistas y autoridades para evitar aglomeraciones continúen.

Tal ha sido la situación que el alcalde de Río de Janeiro estudia reducir el horario de atención a público en bares y restringir el acceso de vehículos a las playas.

El precio de los alimentos se dispara en un Brasil ahogado por la crisis

Los precios de los alimentos básicos se ha disparado en Brasil presionados por el fuerte aumento de la demanda en el mercado externo y la escalada del dólar, un alza que golpea principalmente el bolsillo de las clases más desfavorecidas y castigadas por la crisis del nuevo coronaviurs.

El precio del arroz y del fríjol, dos de los principales alimentos en la dieta de los brasileños, ha escalado más de un 20 % en lo que va de año, en momentos en los que el país enfrenta una grave crisis económica y social por la pandemia del nuevo coronavirus.

El aumento del precio de los alimentos ha sido responsable por el 80 % de la inflación acumulada del año en Brasil, que llegó al 0,70 %, de acuerdo con los datos divulgados este miércoles por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

El valor de las materias primas trepó durante el comienzo de la pandemia obedeciendo a la ley de la oferta y la demanda. La crisis sanitaria provocó un fuerte incremento de las compras externas, mientras que algunos países optaron por restringir la oferta para garantizar el abastecimiento interno.

Pero en Brasil se sumó un factor clave: la devaluación del real. La depreciación de cerca del 40 % de la moneda brasileña ha atraído compradores y alentado a los productores a agrícolas a apostar por las exportaciones, en detrimento de la venta en el mercado interno.

«El alza del dólar hizo que los exportadores de arroz, soja, carnes, café, azúcar, pasaran a tener en el exterior una ventaja muy grande en el término de precios y comenzaran a cobrar internamente un precio más alto. Destinaron a la exportación una parcela mayor, reduciendo la oferta interna», explicó a Efe Mauro Rochlin, economista del centro de estudios Fundaçao Getulio Vargas (FGV).

En el caso del arroz, la caída en picado del real hizo prácticamente inviable las importaciones del producto por parte del Mercosur, bloque que junto a Brasil integran Paraguay, Uruguay y Argentina y que tradicionalmente envían sus estoques al país sudamericano.

A ello se suma la retracción de la oferta de la materia prima por parte de los productores, pese a estar en plena cosecha, con un 58 % del área recolectada, de acuerdo con la Asociación Brasileña de la Industria de Arroz (Abirroz).

El Gobierno brasileño ha descartado un posible desabastecimiento en el mercado interno y confía en la súper cosecha prevista para el próximo año, cuando están prevista una producción de 12 millones de toneladas, un incremento del 7,2 % respecto a la anterior.

De acuerdo con el Ministerio de Agricultura, la próxima cosecha, que comenzará a ser comercializada en marzo de 2021, producirá un alivio en el precio del arroz, un alimento del que cada brasileño consume una media de 34 kilos por año.

Pero los especialistas creen que la bajada del precio será difícil mientras el dólar continúe en niveles históricos en Brasil, especialmente porque el Gobierno no tiene condiciones de controlar un cambio volátil.

Bolsonaro pide «patriotismo» para bajar los precios

El Ejecutivo también ha negado cualquier tipo de intervención en el precio de los alimentos, pero el presidente Bolsonaro, elegido en 2018 con un agenda de corte liberal, ha hecho un apelo a los dueños de supermercados para que reduzcan al máximo su margen de beneficio por una cuestión de «patriotismo».

En las últimas semanas Bolsonaro ha abordado en diferentes ocasiones la situación de los precios y una de las primeras medidas anunciadas hoy fue la eliminación de los aranceles sobre el arroz importado.

La exención de impuesto de importación incidirá sobre una cuota de 400.000 toneladas de arroz y busca obligar a los productores a reducir los precios en el mercado doméstico para que puedan competir con el valor del grano importado.

Además, el Ministerio de Justicia notificó a los representantes de los supermercados y de los productores de los alimentos para que, en un plazo de cinco días, ofrezcan una explicación sobre el inusitado aumento del precio de los alimentos de la canasta básica, en momentos en los que el paro ya alcanza el 13,3 %, lo que significa que 12,8 millones de personas están en busca de un empleo.

El país se resiente de los efectos de las medidas de aislamiento social impuestas para contener la pandemia, la cual ya deja 127.000 muertes y 4,1 millones de casos, y el Gobierno ha intentado aplacar la crisis con subsidios para los más pobres.

Bolsonaro anunció la semana pasada que prorrogará hasta final del año la ayuda para los trabajadores informales y desempleados, aunque redujo a la mitad el valor del auxilio hasta los 300 reales (unos 53 dólares).

La medida, que ha beneficiado hasta el momento a unos 65 millones de brasileños e incrementó la visibilidad del Gobierno en el nordeste, histórico reducto del progresista Partido de los Trabajadores (PT), ha sido clave para el aumento de la popularidad del presidente, quien tiene su mejor índice desde el inicio de su mandato.

TEMAS |
+ en
Fondo newsletter