TV3, la televisión pública catalana entregada a la causa separatista, es además un pozo sin fondo por el que se pierden cientos de millones de euros todos los años.
Así lo revela un informe elaborado por la Fundación Disenso que cifra en más de 350 millones de euros la cantidad que el ente público regional gastó en el año 2023, último del que se han recabado datos. La mayor parte de esa cantidad (casi 198 millones) se dedicó a gastos de personal (en total, 2.445 trabajadores, la plantilla más abultada de todas las cadenas autonómicas españolas).
Esta información aparece reflejada en un estudio elaborado por la Fundación Disenso en el que se analiza el gasto total que suponen las televisiones públicas (tanto RTVE como las diferentes cadenas de TV y de radio autonómicas), y en el que la principal conclusión es que a los españoles les cuesta más de 2.000 millones al año del dinero de sus impuestos sostener el conjunto de estas televisiones. Dicho informe fue presentado este lunes en el Congreso de los Diputados.
En lo tocante a TV3, el estudio revela que, además de estos datos más que preocupantes, la situación se ve agravada por el hecho de que «los dirigentes del ente asumen anualmente grandes desembolsos dedicados a la adquisición de derechos de competiciones deportivas de gran tirón mediático (fútbol, Fórmula 1 o MotoGP)», lo que alimenta «las críticas de quienes consideran inapropiado el coste final para el contribuyente y entienden que estos contenidos se alejan de la función pública».
Pero además del despilfarro de dinero público, existe el problema de «la evidente politización de TV3, que a lo largo de los años ha sido ampliamente reconocida como un ariete del separatismo catalán». El informe recuerda que esa función fue especialmente intensa durante los momentos más duros del golpe secesionista que siguió al referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.
En este sentido, se recuerda que «el Parlamento Europeo ha investigado diversas denuncias relacionadas con la parcialidad informativa del ente y su falta de pluralismo político». De hecho, esta deriva de TV3 «llevó a que varios de sus directivos fueran procesados tras los sucesos del 1 de octubre, un episodio que pone de manifiesto la fuerte vinculación entre los intereses políticos del gobierno catalán y la estrategia informativa de la televisión pública».
Diferentes medios y colectivos «han denunciado más de cien casos de manipulación en los informativos y programas de TV3. El informe señala que el hecho de que TV3 reciba una inyección millonaria de fondos públicos y cuente con un notable poder de influencia «se traduce en manipulación y propaganda».