El Gobierno de España, presidido por Pedro Sánchez, ha trazado una estrategia para combatir la soledad no deseada, que afecta ya a un 20% de la población. En esta línea, el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, ha subrayado la importancia de implementar políticas públicas con un «enfoque transversal», aunque dejando de lado el papel fundamental de la familia como núcleo de apoyo social.
Según el Barómetro de la Soledad no Deseada en España, elaborado por la Fundación ONCE y la Fundación AXA, una de cada cinco personas en el país se siente sola, y en seis millones y medio de casos esta situación se prolonga durante dos o más años. Además, casi la mitad de la población (49,3%) ha experimentado soledad no deseada en algún momento de su vida.
Bustinduy ha señalado que «en una sociedad dominada por el individualismo y el aislamiento social, estas situaciones de soledad son cada vez más frecuentes y pueden surgir en cualquier etapa de la vida». Para prevenir estas situaciones, el ministro aboga por fomentar «redes de amistad, vecindad, asociacionismo y otros sistemas de apoyo que aporten estabilidad», aunque sin priorizar el papel de la familia, que históricamente ha sido el primer pilar de apoyo social.
En este sentido, Bustinduy ha afirmado que el Estado debe situarse por encima de la familia en la construcción del bienestar social. «Los derechos sociales no son un instrumento paliativo, sino un pilar sobre el que construir una sociedad más digna», ha declarado. Finalmente, ha instado a todas las administraciones públicas a transformar el «amplio consenso» existente en la sociedad sobre la necesidad de abordar la soledad no deseada en iniciativas normativas concretas.