El reciente fallecimiento de Iván Pajuelo, atleta y campeón de España de 50 kilómetros marcha, ha puesto en el debate público un problema que cada vez afecta a más familias: la imposibilidad de realizar autopsias ante muertes súbitas por causa desconocida. Pajuelo, que tenía apenas 31 años, fue hallado sin vida en un apartamento de San Fernando (Cádiz), donde entrenaba en solitario. Había estado incomunicado durante dos días, y pocos días antes de morir, publicó mensajes inquietantes en redes sociales que hoy cobran un significado perturbador.
Aunque su caso trascendió a los medios con cierto retraso, su muerte no sólo ha conmocionado al deporte español, sino que también ha revelado un vacío legal que lleva años sin resolverse. En España, no existe un procedimiento claro ni obligatorio para practicar autopsias a deportistas que fallecen de manera inesperada, fulminante o en circunstancias poco claras. La práctica de la necropsia depende de que una autoridad judicial —como un fiscal, la Policía o la Guardia Civil— la solicite expresamente, algo que, según adelanta el ABC, no ocurrió en el caso de Pajuelo.
No es la primera vez que una muerte repentina sacude al deporte español. Casos como los de los futbolistas Antonio Puerta y Dani Jarque también dejaron un poso de dolor e incertidumbre. Puerta, por ejemplo, se desplomó durante un partido del Sevilla en 2007 y falleció poco después. La autopsia no encontró indicios claros de miocardiopatía arritmogénica, la patología cardíaca que se sospechó inicialmente. Su muerte, como la de tantos otros deportistas, sigue envuelta en incógnitas.
A raíz de este tipo de tragedias, hace cinco años la Comisión Española para la Lucha Antidopaje (Celad), entonces bajo la dirección de José Luis Terreros, intentó establecer un protocolo específico para investigar fallecimientos extraños entre atletas. La propuesta incluía la posibilidad de conservar muestras biológicas, como tejido hepático, con fines preventivos y analíticos: si un deportista había consumido sustancias prohibidas, se podría detectar incluso tras su muerte. La idea no era solo esclarecer causas, sino también disuadir el dopaje y mejorar la transparencia en el deporte.
Aumentan los casos de muerte súbita
Las muertes súbitas de niños pequeños están aumentando en gran parte del mundo, según una investigación reciente realizada en los Estados Unidos. Han detectado que la tasa de mortalidad de muerte súbita infantil ha aumentado en los últimos años, aunque las muertes infantiles en general han disminuido.
El estudio fue realizado por los científicos de la Universidad Commonwealth de Virginia y publicado hace dos meses en JAMA Pediatrics. Hallaron que la tasa anual de muerte súbita infantil aumentó significativamente desde 2020 a pesar de que la mortalidad infantil está en disminución desde hace dos décadas. Los investigadores especulan que el aumento del uso de opioides, las infecciones respiratorias como el Covid-19 o algunas tendencias en redes sociales podrían estar contribuyendo a este aumento.