Nueva ofensiva del Gobierno central contra las fuerzas del orden: los agentes de la Policía Portuaria de Barcelona y de Tarragona deberán entregar sus defensas extensibles en el plazo de una semana. Así lo ha ordenado Puertos del Estado, que ha emitido una instrucción para sustituir estas herramientas de autoprotección por simples porras de goma.
La medida, que ha generado una fuerte indignación entre los agentes, implica despojarles de su única herramienta eficaz de defensa. Estos policías no portan armas de fuego y hasta ahora sólo contaban con la defensa extensible, para cuyo uso recibieron formación específica en el Instituto de Seguridad Pública de Cataluña (ISPC).
A pesar de su función en tareas de seguridad en instalaciones críticas como los puertos, el Ministerio del Interior considera que no existe base legal para que estos cuerpos portuarios utilicen este tipo de defensa. El informe ministerial se apoya en una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que en 2023 determinó que los Agentes rurales tampoco podían utilizarlas al no estar reconocidos como «funcionarios especialmente habilitados».
Desde la Autoridad Portuaria de Tarragona han confirmado que la retirada ya ha comenzado. En el caso del puerto de Barcelona, la sustitución se hará efectiva en las próximas semanas. Algunos agentes han advertido de que no entregarán las defensas sin una orden expresa y escrita, y denuncian que esta decisión los deja completamente expuestos ante una creciente oleada de agresiones en las zonas portuarias.
Además, desde los sindicatos se denuncia que esta decisión se toma en un contexto de mayor presión y exigencia operativa sobre la Policía Portuaria, y recuerdan que no fue hasta después de los atentados yihadistas de 2017 en Barcelona y Cambrils que se dotó a los agentes de chalecos antibalas.
La sensación de abandono y desprotección crece entre unos agentes a los que, según ellos mismos denuncian, se les exige más, pero se les dota cada vez de menos medios, mientras sus jefes y responsables políticos siguen mirando hacia otro lado.